CASI SEIS DÉCADAS de trabajo, disciplina y creatividad, configuran la trayectoria de Francisco Serrano, por lo que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le entregó la Medalla Bellas Artes de Arquitectura.
“Estoy emocionado, siempre digo lo mismo y después lloro. Pero de verdad, en este caso recibo y agradezco esta medalla que me honra en mis más de 58 años. Carajo, son un madral de hacer arquitectura”, expresó el arquitecto con lo que desató las carcajadas de los presentes.
Durante la ceremonia celebrada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, destacó que la arquitectura es testigo insobornable de la historia, como decía Octavio Paz. Trasciende a su tiempo, según el testimonio de una época.
“Los arquitectos debemos ser hombres en nuestro tiempo, actores de un mundo global, construyendo con los medios a nuestro alcance aquí y en otros países, reflejando la cultura de la que formamos parte, la cultura mexicana”, expuso.
Hacer arquitectura, subrayó, es construir un espacio que se imaginó a través de formas que lo delimitan en un proceso no siempre exento de sorpresas, teniendo como fin último sólo la obra y no quién dijo qué o quién dijo cómo.
“La obra es lo único que perdura, es en este proceso donde la colaboración con otras disciplinas y sus actores es fundamental, no sólo con colegas arquitectos, sino con colegas ingenieros, sociólogos y antropólogos, entre otros.
Francisco Serrano recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2003. Cuenta con colaboraciones junto a otros destacados arquitectos como Teodoro González de León y Pedro Ramírez Vázquez, así como con la ganadora del premio Pritzker Zaha Hadid.
La medalla Bellas Artes de Arquitectura y un reconocimiento le fueron entregados de manos de la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho.
En la ceremonia participaron José Luis Cortés, Felipe Leal, Miquel Adrià y David Fernández, moderados por Dolores Martínez Orralde, directora de Arquitectura del INBA.
SIGUE RESTAURACIÓN
Por otro lado, como parte de la segunda etapa del Plan Maestro para el rescate del patrimonio cultural, se atienden mil 200 edificaciones en todo el país, y de manera especial, en el Estado de México, se ocupan de 289 recintos que fueron afectados por los sismos de septiembre pasado.
A través de un comunicado de la Secretaría de Cultura se informó que algunos de los espacios del patrimonio que se han intervenido son la Parroquia de Santiago Apóstol, la Iglesia de San Juan Bautista y la Parroquia y convento del Sagrado Salvador.
También se intervienen los templos de San Miguel y San Simonito, en Tenancingo; y la iglesia del Cristo del señor del Calvario, joya única por su arquitectura elaborada en tezontle.
La iglesia de Nuestro Padre Jesús del Calvario es sede de una de las fiestas patronales más importantes de la comunidad. En su interior se han asegurado estructuras y consolidado muros y grietas mediante inyección, además de consolidar sus naves y arcos.
En lo que respecta a la Parroquia de Santiago Apóstol, en Santiago Tianguistengo, recibió una intervención con la más alta tecnología con escaneos de todas sus naves para realizar la consolidación de muros, techos en naves, así como intervención de grietas.
La Parroquia de la Asunción de María fue intervenida por el equipo de especialistas del INAH y la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural.
Sus muros fueron consolidados, atendiendo grietas y fisuras, poniendo especial cuidado en las imágenes religiosas que adornan cada sección del recinto construido en el siglo XVI.
Texto y fotos: Agencias