Hay que ser muy fuerte para perseverar en la política

 

“ Se tiene que aguantar todo lo que hay en el medio, tanto los golpes bajos como las competencias internas y externas”, dice la senadora Díaz Lizama. La familia, fuente de su fuerza y afán de superación.

Originaría del municipio de Buctzotz, y luego de haber ocupado todos los cargos legislativos posibles en el país, desde ser diputada local hasta formar actualmente parte de la Cámara de Senadores, Rosa Adriana Díaz Lizama asegura que el siguiente paso en su carrera política es ser gobernadora de Yucatán. Comenzó muy joven en la política, y al mismo tiempo tuvo que llevar en su espalda el peso que representaba ser esposa y mamá, incluso antes de cumplir la mayoría de edad. Esa situación, asegura, la hizo madurar y entender la importancia del trabajo duro y de avanzar siempre de la mano de su familia.

–Me cuenta que fue mamá desde los 18 años de edad. ¿Cómo le ha hecho para salir adelante en la política con la responsabilidad que tener un hijo durante su adolescencia?

–En aquella época en Buctzotz siendo mujer a lo que aspirabas era a casarte, y mi papá, que en paz descanse, me decía que para qué tenía que estudiar si mi finalidad era a buscar una pareja en el pueblo. Al final así lo hice, me caso a los 17 años y junto con mi esposo entro a la política y poco después nace mi primer hijo y a los 3 años viene mi hija, ya en la parte más fuerte de mi trabajo en el municipio.

Para mí todo esto me genera mucha satisfacción porque otros pensarán que entrar a la política significa descuidar a los hijos o sacrificar mucho, pero en mi caso me ha dado buenos resultados y ellos han sido parte del acompañamiento en esta labor. Tienes que tener una motivación muy fuerte para seguir en política y aguantar todo lo que hay en este medio, tanto los golpes bajos como las competencias externas e internas que se dan en las mismas candidaturas y junto con mis hijos he ido aprendiendo, porque cuando ellos estudiaban la secundaria yo terminé la universidad y cuando entraron a la carrera yo tomaba mi maestría, por lo que ha sido mucho trabajo pero con esto se demuestra que como mujeres podemos tener una familia estable e hijos comprometidos si trabajamos con el ejemplo.

–Aprovechando que usted se pasa mucho tiempo en los municipios, ¿sigue existiendo en el interior del estado la idea de que las mujeres sólo deben estar listas para casarse?

–Si, en definitiva. Un reto que vamos a enfrentar en 2018 es el tema de la paridad, ya que si bien los legisladores aprobamos que las candidaturas sean al 50% en la alcaldía y diputación, por otro lado las mujeres en los municipios tienen miedo de entrar a la política en espewcial por el tema económico.

–Muchas de ellas me dicen que no tienen dinero para hacer a una campaña, cuando en realidad el dinero no es todo lo que se necesita para ser candidata, primero tiene que haber la decisión de la mujer. Sin embargo, su determinación en muchas ocasiones se ve mermada en el pueblo porque a la familia no le parece que la mujer entre a la política o porque ella misma cree que no tiene la capacidad.

Al final esto determina que los partidos pueden sufrir para encontrar a 53 mujeres que quieran ser candidatas a alcalde de su municipio, por lo que ahora la participación de este sector tendrá que ser como nunca antes.

–¿Le cuesta más trabajo a la mujer participar en política?

–Mucho más trabajo, yo podría decir que 2 ó 3 veces más por las diversas tareas que tenemos con los hijos y en la casa, además de ser las administradoras del dinero que entra al hogar. Sin duda es desgaste físico y mental mayor para la mujer, pero debemos estar preparadas para este tipo de trabajo.

–¿Usted sufrió algún tipo de bloqueo o momento incómodo en la política por ser mujer?

–En un principio sí hubo momentos incómodos, pero no permití que hubiera bloqueo en mi contra, aunque siempre se cuestionaba si podría hacer o no las cosas, o si debía hacerlas, pero la clave está en la decisión. La única que decidía si se lanzaba o no a una candidatura era yo, no permití nunca que otros se metieran, porque luego hay varones que quieren decidir por ti y ellos se agandallan en las candidaturas.

Sin embargo, lo curioso fue que la primera persona que me discriminó de la peor manera fuera también una mujer, ya que yo iba al ayuntamiento en mi pueblo y no me daban ni una silla para sentarme, ni agua. Comprendí que los ataques no sólo vienen de los hombres, sino también de las mujeres, por eso mi trabajo se ha enfocado mucho en ellas y su ingreso a la política.

–Pero usted ya avanzó mucho, ahora está en el Senado…

–Creo que la culminación de una carrera legislativa se da en el Senado. Yo empecé como regidora, luego diputada local, después federal y ahora con mi actual puesto culmino con mi trabajo legislativo, porque desde el momento que entras hay mayor posibilidad y margen de trabajo porque cada uno de nosotros representa en promedio a alrededor de un millón de habitantes y tienes la oportunidad de enfocarte a las áreas que desees o consideres más importantes.

–Usted menciona que ya llegó a la cima en el tema legislativo, entonces ¿cuál es el siguiente paso?

–Dicen que automáticamente es la gubernatura (risas). Desde el Senado obtienes una perspectiva más amplia de lo que necesita el país, las desgracias que vive nuestro México, pero también las posibles soluciones y yo lo he dicho siempre, creo que la aspiración más grande de todo yucateco es el gobernar su estado y en mi caso por supuesto que ése es el siguiente paso; lo reitero, me he ido preparando para ello tanto en la faceta política, como educativa y también como persona.

Yucatán necesita urgentemente un gobierno que devuelva el orgullo a sus ciudadanos, porque hoy me toca ver en el interior del estado a gente disgustada con todos los políticos por lo casos de corrupción que se han presentado por ejemplo en Veracruz, Chihuahua o Quintana Roo, donde hay denuncias contra los gobiernos. La gente se molesta porque no sabe por qué su dinero tiene que parar en lujos y es natural, por lo que quiero revertir ese disgusto y darle mejores opciones al ciudadano y estoy dispuesta a trabajar por ello.

–Tendrá que trabajar internamente, porque hoy parece haber mucha competencia en el PAN. ¿Usted a quién ve como el contrincante más fuerte dentro de su partido?

–El tema interno es el que nos ha derrotado en el PAN, hemos perdido grandes campañas por esa división, como pasó en 2007 con Xavier Abreu, que estaba arriba por 27 puntos porcentuales y su pleito con Ana Rosa hizo que el partido se desvaneciera y al final perdiéramos contra Ivonne Ortega; por eso hemos entablado pláticas en varias mesas con los actores principales de la política en el PAN y hemos hecho un primer acuerdo de no pelearnos y dejar que la candidatura se defina entre quien tenga mayor posibilidad, sea bien visto por la ciudadanía, pero que también tenga competitividad.

En mi caso no me voy a limitar a ver una encuesta sobre quién está mejor posicionado o no, porque las encuestas favorecen a quien las paga, pero sin desacreditarlas puedo decir que el tema de la competitividad cuenta mucho en la elección, hay que analizar quién tiene menos negativos y quién está dispuesto a entregarse de tiempo completo; yo estoy preparada y todas las candidaturas han sido un reto, porque me han pedido que deje que vaya otro, y lo siento, pero no. Si las posibilidades están y las circunstancias están dadas entonces la tomaré; obvio, no seré factor de pleito en mi partido sino de unidad, pero sí pido que se me vea como una posible gobernadora de Yucatán.

–Pero no dijo el nombre de a quién ve más fuerte dentro de su partido…

–Definitivamente el que está mejor visto, aunque no porque sea el héroe del partido sino porque es quien está más expuesto a medios, es el alcalde de Mérida, por supuesto. Hay que reconocerlo, es quien tiene más reflectores porque ha hecho un buen trabajo y lo digo con toda claridad, por eso Mauricio (Vila Dosal) tiene también la posibilidad de aspirar a ser gobernador, pero debe tomar una decisión, porque sería una muy buena opción que siga siendo alcalde por la vía de la reelección, o podría ser nuestro candidato, sin duda.

– Roberto Ojeda

 

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