Fuerza que asombra en Houston

Por César Espadas

La temporada 2019 de grandes ligas para los astros de Houston arrancó el 28 de marzo en Tampa Bay enfrentando a los Rays. Fue el inicio de un total de 162 partidos que cada equipo de MLB tiene que disputar. En esa época, el pelotero cubano Yordan Álvarez se encontraba en ligas menores esperando el tan ansiado llamado a la gran carpa que le llegaría hasta el 6 de junio. Sí, 2 meses completos de temporada habían transcurrido cuando el chico de Las Tunas debutó en el mejor beisbol del mundo.

¿Saben cómo inició esa mágica historia? El 31 de julio de 2016, los Astros enviaron al relevista Josh Fields a los Dodgers de Los Ángeles a cambio de un bateador cubano que aún no debutaba profesionalmente. Efectivamente, se trataba de Yordan, quien despedazó el pitcheo de las Ligas Menores obligando a los Astros a subirlo al equipo grande. Con 1.98 metros de estatura y 115 kilos de peso, Álvarez no se caracteriza por su velocidad, pero es proyectado como el futuro primera base del equipo. Su poder con el bate es monstruoso e impacta la fuerza con la que saca la bola del parque.

En apenas 73 juegos disputados lleva un promedio de .316 con 24 jonrones, 22 dobletes y 72 carreras producidas; números verdaderamente asombrosos que lo tienen encabezando la carrera por el premio al Novato del Año de la Liga Americana. Con unos Astros de Houston encaminados al título de la división y como serios candidatos a llegar a la Serie Mundial, Yordan tiene la mesa puesta para brillar en la postemporada y demostrar que llegó para quedarse. Cuidado con este bateador que tiene pinta de ser el nuevo Mike Trout.

 

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