Todos han muerto, dice un superviviente de los ataques israelíes contra el norte de la Franja de Gaza durante la noche del miércoles, una de las más sangrientas desde que Israel retomó su ofensiva contra el enclave palestino, en la que al menos 70 personas han muerto bajo los bombas.
Los bombardeos de esta madrugada se cebaron con cinco clanes familiares gazatíes, uno de ellos los Meqbel, la familia de Hasán, que cuenta a EFE que “no ha sobrevivido ninguno”, después de que los proyectiles israelíes impactaran contra la casa de su hermana.
En una de las viviendas destruidas por las bombas vivía la hermana de Hasán junto a varios de sus familiares, entre los que había cuatro niños. Nadie ha sobrevivido.
Desde el dolor y la rabia, habla a las puertas del Hospital Indonesio, en Beit Lahia, donde los equipos de emergencia han trasladado los cuerpos de las víctimas de Yabalia, localidad norteña donde se concentraron los ataques más letales.
Este hombre se despertó pasada la medianoche y supo que dos proyectiles habían impactado contra la casa en la que residía su familia, donde él también dormía hasta hace dos semanas: “No tenían nada que ver con Fatah (el partido secular que gobierna la Autoridad Nacional Palestina) ni Hamás, el cohete les llegó directo, no sé por qué”.
En el hospital, decenas de personas lloran sobre los sudarios ensangrentados que cubren los cuerpos de sus familiares fallecidos. Los pasillos del centro están anegados de cadáveres y los llantos de los supervivientes son lo único que se distingue entre el murmullo de los presentes.
Las telas blancas que envuelven unos cuerpos se abren y dejan ver los rostros de una mujer y dos niños, uno de ellos un bebé, con los ojos cerrados para siempre.
Texto y foto: Agencias