Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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Dice una frase muy famosa de la cultura popular que “quien mucho se despide pocas ganas tiene de irse” y, aunque considero que hay verdad detrás de esas palabras, también, hay algunos casos cuando el adiós nos toma desprevenidas, de manera abrupta y es tan certero que, aun cuando nos duele la despedida, sabemos no habrá vuelta atrás.
Nuria Diosdado nació en agosto de 1990 en Jalisco, a temprana edad conoció la natación pero sería otra disciplina acuática la que finalmente cautivaría su corazón. Durante los últimos 29 años ha dedicado su vida a danzar, realizar las acrobacias más surreales y sonreír mucho bajo el agua. Tal como aquella pequeña de 6 años que alguna vez vio la natación artística, en ese entonces conocida como sincronizada, en televisión durante los Juegos Olímpicos de Atlanta y supo que en una alberca estarían sus sueños más grandes.
Y lo que en un principio parecía solo un anhelo poco a poco, con el paso de los años, se convirtió en una realidad. 18 medallas de oro en Juegos Centroamericanos, 4 medallas de plata y 2 de oro en Juegos Panamericanos, 11 medallas en Series mundiales y 4 medallas en la Copa del mundo de natación artística, incluyendo 3 doradas. Un palmarés envidiable que se vio coronado con 4 participaciones en Juegos Olímpicos.
Danzando con una compañera o mimetizándose con un equipo, la entrega de esta talentosa mexicana siempre fue digna de aplaudirse, porque pocas personas alcanzan a compartir su zona de entrenamiento con más de 80 compañeras a lo largo de su trayectoria, como en este caso sucedió. Ella vio llegar a muchas y, también, vio marcharse a muchas más, sin embargo, ahí a la orilla de la alberca permaneció siempre disciplinada, entrenando duro y con la mente puesta en un sueño compartido que hace un par de meses en París se hizo realidad.
Dentro del agua fue una constante fuente de inspiración para las nadadoras más jóvenes, pero, fuera de la piscina es donde lució con creces su título de capitana. Nuria supo hacerles frente a las injusticias de la burocracia deportiva de nuestro país, se enfrentó a autoridades sin temor a las represalias pero, siempre, fue ella quien dio la cara para, de alguna forma, no tuvieran que estar expuestas todas las integrantes de la selección mexicana. Desde juntas con patrocinadores, inversores, entrevistas con medios de comunicación, modelando trajes de baño o compartiendo en redes los hermosos diseños de sus toallas, una capitana en toda la extensión de la palabra.
Es así como hace unos días navegando en Instagram me encontré con un emotivo video donde ella misma leía una carta escrita para su amiga más fiel, la natación artística. En unos pocos minutos repasó su vida deportiva, sus logros, sus obstáculos, lo que le ha dejado a su corta edad y lo que, seguramente, aún le quedará por hacer en la alberca. Nuria anunció su retiro profesional agradeciéndole a su deporte y hoy, te damos las gracias a ti. Gracias por ser una mujer mexicana que lucha, que sueña, que conquista sus miedos, que inspira y sobre todo, una mujer que alza su voz.