Carlos Pérez
carper165@hotmail.com
En la década de los 80, los expertos en comunicación oral decían que una exposición oral para captar la atención no debería tardar más de 20 minutos, en los 90 se decía que no más de 10 a 15 minutos, al inicio de este siglo XX se empezó a nombrar que si querías atraer no debería sobrepasar los cinco minutos, pero conforme fue avanzando este siglo pasamos a menos minutos y a segundos, por eso hoy la atención de cualquier persona se ha reducido a seis a ocho segundos para lograr persuadir a los demás.
Bajo estas premisas antes mencionadas, tuve la oportunidad de leer a Brant Pinvidic que en su libro “La Regla de los Tres Minutos” nos presenta cómo un público puede no sólo recordar tu mensaje, de igual forma compartir con otros y con ello olvidarnos de crear diapositivas atractivas y de técnicas de lenguaje sumamente complicadas. Este autor afirma que si un expositor puede mantener la atención de su público y al mismo tiempo puede crear un deseo habrá logrado la Regla de los Tres Minutos, para ello sentencia lo que no debemos olvidar al hablar en público: Simplicidad es poder, Claridad siempre atractiva y tener información con valor.
Pinvidic durante todo el texto nos presenta que para que las personas logren racionalizar el mensaje debemos crear historias y éstas deben ser agrupadas en cuatro preguntas: 1. ¿Qué es?, 2. ¿Cómo funciona?, 3. ¿Estás seguro?, 4. ¿Puedes hacerlo?, este es el método que el autor propone, pero para ello sugiere en la obra usar Post-Its para redactar el texto, eso te ayudará a colocar lo esencial de tu mensaje en los papelitos e ir descartando conforme contestas las cuatro preguntas de su método, todo lo anterior con el fin de convertir a tu oyente en el seguidor de tus ideas.
Así como también es primordial leer y escuchar a otros autores que mencionan ciertas características para ser un comunicador, por ejemplo, conocer a tu audiencia, hacer interacción con tus oyentes, utilizar recursos audiovisuales concretos y sobre todo utilizar el storytelling.
Estos son solo algunos tips, pero lo más importante es darnos cuenta del papel que juega la expresión oral en un profesional, empresario, político, estudiante, maestro… ¿Utilizas la regla de los tres minutos?