La vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, ha ganado impulso en la carrera electoral, tras imponerse con facilidad en el debate presidencial, mientras su rival republicano, el exmandatario Donald Trump, rebaja las expectativas sobre una reedición del cara a cara antes de las elecciones de noviembre.
El debate en Filadelfia del martes por la noche se celebró cuando parecía que se estaba agotando la euforia desatada después de que Harris reemplazara al presidente, Joe Biden, como candidata y en el que Trump estaba logrando recortar distancias en las encuestas. Pero el cara a cara fue un nuevo balón de oxígeno para los demócratas: Harris se mostró sosegada y presidenciable frente a un Trump iracundo y poco preparado al que los moderadores interrumpieron varias veces para desmentir algunos de sus bulos, incluida la falsedad de que los migrantes haitianos roban y se comen mascotas en el estado de Ohio. Para acabar de redondear la noche a favor de Harris, la demócrata recibió el respaldo electoral de Taylor Swift, la mayor estrella pop del momento, un apoyo que no ha sentado bien a Trump, quien dijo que la artista probablemente “pagará un precio en el mercado” por ello.
La vicepresidenta y el expresidente se reencontraron horas después del debate, este miércoles por la mañana, en el homenaje a las víctimas del 11-S en Nueva York, donde se saludaron con un cordial apretón de manos.
Puede que esta sea la última vez que los dos políticos aparezcan juntos antes de las elecciones del 5 de noviembre dado que hasta ahora no tienen pactado ningún otro cara a cara televisado.
Trump puso este miércoles en duda que sea necesario otro cara a cara, a pesar de que él mismo había propuesto otras dos citas para debatir con Harris.
Texto y foto: EFE