¿Qué sentido y significado tiene la expresión Hijo de Dios?, ¿cuando se afirma que Jesucristo es el Hijo de Dios, qué consecuencias tiene en nuestra realidad?
Hijo de Dios le corresponde plenamente a Jesucristo, Dios y hombre verdadero, ante esta verdad muchos “intelectuales” afirman que las cuestiones de fe se tratan de mitos y leyendas, en una cabeza racional no puede caber la idea que el Hijo de Dios se haya hecho hombre en el seno de una Virgen que se llamaba María; es parte del imaginario popular, para ellos la lógica queda estupefacta, y el entendimiento queda perplejo ante este cuento.
Estas reacciones ante el Hijo de Dios no son nuevas, desde el inicio del cristianismo muchos “intelectuales” negaron esta verdad, otros trataron de explicarla, algunos negaron menos la divinidad de Jesucristo que su humanidad verdadera (docetismo gnóstico). Arrio afirmaba que “el Hijo de Dios salió de la nada” y que sería “de una substancia distinta de la del Padre”, entre otras desviaciones de lo que enseña la fe.
Herejes, escépticos, ateos, gnósticos, libre pensadores ayer, hoy y hasta el fin de los tiempos seguirá habiendo; es más, existe una política internacional que quiere borrar de la faz de la tierra todo lo que se muestra cristiano, es una realidad que se palpa en las nuevas ideologías que quieren hacer mella en los valores cristianos. Con respecto a Jesucristo, no se puede tapar el sol con un dedo, es una verdad histórica de su existencia aunque no quieran crear en él.
Sin embargo, para los que “crucifican” a Cristo de nuevo, él tiene las mismas palabras que pronunció en la cruz: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, pues, la razón del por qué se encarnó el Hijo de Dios, “es por nosotros los hombres y por nuestra salvación, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre”. Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva.
El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios. “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16