Don Agustín O’Horán y Escudero fue honrado con el nombre del nosocomio por ser un médico que hizo de la medicina un apostolado
Hace unos días, el gobernador Mauricio Vila Dosa anunció que pronto se construirá un nuevo edificio para reubicar el Hospital O’Horán del lugar en el que se encuentra desde 1906, entre las avenidas Itzaes y Canek, para ubicarlo en un terreno del sur de la ciudad, junto al Materno Infantil y el Hospital Infantil Corea México.
Pero, ¿quién es el personaje que da nombre a este que es considerado el más importante hospital público en el sureste mexicano? Pues resulta que don Agustín O’Horán y Escudero, además de gobernador provisional en 1867, fue un ilustre médico, (1828- 1884), nacido en la ciudad de Guatemala, pero de padres mexicanos, específicamente campechanos.
El doctor fue hijo de Tomás Antonio O’Horán y Argüello y Gertrudis Escudero de la Rocha, matrimonio que sentó su residencia en Guatemala porque en enero de 1818, el jefe de familia recibió su nombramiento de Ministro Togado y Auditor de la Real Audiencia de Guatemala y, posteriormente, a partir de 1823, fue presidente por dos años de la primera junta de gobierno de dicho país, que tras su independencia del Imperio Mexicano, se constituyó en una República Federada.
De acuerdo con la biografía de Agustín O’Horán, escrita por José Luis Peniche Bates y José Antonio Rosado Triay para la Revista Biomédica de la Uady, a fines del año de 1831, por razones políticas en contra del buen proceder de Tomás O’Horán, la familia se trasladó a primero a Campeche y luego establecieron su residencia en Mérida.
En el año de 1834, Agustín O’Horán inició su educación primaria en prestigiadas escuelas, culminándolos en junio de 1840. Seguidamente, ingresó al Colegio Seminario Conciliar de San Ildefonso en donde cursó latín, física, lógica y filosofía; al finalizar, decidió continuar sus estudios en la Escuela de Medicina, los cuales concluyó en 1853.

Corría el año de 1848 cuando, junto con otros compañeros de la escuela, entre los cuales estaba José Dolores Patrón Peniche, participó en la Guerra de Castas en el Oriente de Yucatán, poniendo de manifiesto su vocación de servicio al atender tanto a la población abierta como a los soldados que luchaban contra los rebeldes mayas.
Durante la gubernatura de Manuel Cepeda Peraza, en la que se estableció en Yucatán el Régimen Republicano Mexicano, Agustín O’Horán y Escudero fungió como gobernador provisional de Yucatán durante tres cortos períodos, en ausencia de Cepeda Peraza: del 1 al 17 de julio de 1867, del 10 de agosto al 6 de septiembre de 1867, y del 14 de noviembre de 1867 al 4 de febrero de 1868. En el primer período que participó en esta suplencia gubernamental, el cuatro de julio, tuvo la distinción de presidir un acto solemne realizado en el Palacio de Gobierno de la ciudad de Mérida, en el que se leyó por primera ocasión el Himno Patriótico, (himno de Yucatán).
El Doctor Agustín O’Horán y Escudero estuvo también al frente del Consejo de Instrucción Pública, contribuyendo así, a la formación del Instituto Literario de Yucatán, que fue creado por decreto gubernamental durante la administración del gobernador Manuel Cepeda Peraza el 18 de julio de 1867.
La participación del Doctor Agustín O’Horán y Escudero en la formación del Instituto Literario tiene un valor incalculable ya que sentó las bases para la creación de la Universidad del Sureste, la Escuela Preparatoria y de la Universidad de Yucatán. Asimismo, reorganizó la Escuela de Medicina y la Escuela Normal de Profesores.
Después de la muerte del Dr. Ignacio Vado, y siendo Director del Hospital, el Dr. O’Horán, le expuso al entonces gobernador, Liborio Irigoyen Cárdenas, la necesidad de que el Hospital General de San Juan de Dios, que se hallaba en la parte lateral de la Catedral de Mérida, ocupara un lugar más adecuado, menos céntrico y con menos ruidos para bien de los enfermos. El lugar seleccionado fue el antiguo convento Franciscano de la Mejorada que, prácticamente ya no tenía moradores.
Agustín O´Horán falleció el 7 de septiembre de 1884 y tras su muerte, el Congreso de Yucatán determinó que el Hospital General de Mérida lleve su nombre para honrar su memoria.
El hospital, que se encontraba en el rumbo de La Mejorada, en 1906, cambió de sede al poniente de Mérida, pero permaneció con el nombre del médico a quien se le recuerda como un hombre bueno, un gran humanista.
Texto y fotos: Manuel Pool / Cortesía