Con la mira puesta en Isla Mujeres, para trabajar como maestro heladero luego de no cumplir las expectativas con un restaurante, Rodrigo Aguilar Rosel recibe un nuevo encargo de su señor padre para otro negocio
Con la mira puesta en Isla Mujeres, luego de que con su restaurante no cumplió sus expectativas en Tizimín, Rodrigo Aguilar Rosel estaba listo para irse a trabajar como maestro heladero en un negocio en Isla Mujeres cuando su papá José Luis Aguilar le encargó una nueva encomienda: una posada.
En entrevista para Peninsular Punto Medio, el licenciado en Gastronomía y próximamente nutriólogo indicó que esto le cayó como anillo al dedo, ya que luego de tres ocasiones se había animado a aceptar al del negocio isleño, pero su papá se encargó de que no se concrete.
Indicó que su padre tiene una posada que se llama el “Portón Galán”, que tiene como 20 años en Tizimín y que estaba haciendo una nueva, pero nunca pensó que la intención era para que él se hiciera cargo.
“Estaba muy ilusionado con el restaurante, estudié Gastronomía en una universidad en Valladolid así que estaba muy contento, pero me di cuenta que me comenzó a gustar más los helados”, explicó.
Aguilar Rosel, quien es dueño de una heladería y es un de los fundadores de la Feria del Helado que nació en Tizimín, pero ya se mudó a Mérida, reveló que el empresario isleño lo contactó precisamente por los helados y una semana antes de la pandemia cerré mi restaurante, incluso el día de mi cumpleaños coincidió con ésta.
Su posada se llama el “Portón Rojo” y cuenta con seis cuartos. Aunque ese negocio iba a ser para él, también ya se había emocionado trabajar con los helados en Islas Mujeres ya que le gustaba demasiado.
“Hay que aprovechar las oportunidades hay quienes dicen es que trabajas en un negocio que no es tuyo, pero ellos te mandan a cursos es cierto porque a ellos les va a servir, pero también a ti porque aprendes y luego lo aplicarás si es que te llegas a independizar”, expresó.
Incluso, hay empresarios que suelen mandar a sus hijos a trabajar a otras empresas y luego que tiene uno o dos años los reclutan y les dicen que muestren todo lo que aprendieron para que lo apliquen en el negocio familiar.
El entrevistado es considerado como uno de los pioneros de una generación de heladeros que están creando nuevos sabores, ya que él creó el helado de cochinita pibil, relleno negro, pibinal, sólo por mencionar algunos.
Señaló que como la posada arrancó en plena pandemia se las tuvo que ingeniar para realizar otras actividades.
“Sabe que sucede soy muy inquieto, puedo estar haciendo dos o tres chambas a la vez, por eso siento que en Mérida esto no lo podría hacer que me ganaría el tiempo solo transportándome de un lugar a otro. Acá fui a buscar a unos colaboradores y llegué al centro casi en una hora, en Tizimín en menos de una hora ya estoy en Valladolid”, dijo.
Resaltó que vendió tapetes sanitizantes como unos 500, aprendió a hacer macetas colgantes, hasta que fueron aumentando los inquilinos.
“En Tizimín esto no está regulado hay muchas casas que tienen cuartos y los dan en renta y ellos no pagan impuestos”, apuntó.
Informó que están en desventaja sólo por concepto de basura este año a su papá se lo aumentaron 12 mil pesos cuando el año pasado fue de 2,500 pesos.
Consideró que Tizimín es un punto estratégico de descanso, donde gente que viene de Quintana Roo y se traslada a Mérida suele pasar al municipio.
Agregó que también actualmente la comisaría de El Cuyo tiene un notorio crecimiento en hoteles y restaurantes, y se perfila a ser el nuevo Holbox, que podría nutrir de inquilinos a Tizimín, aunque en este crecimiento hay que poner filtro, porque son muy fiesteros.
Para informes para la posada pueden comunicarse al 986 1069221.
Texto y fotos: Darwin Ail