El brote del gusano barrenador no pone en riesgo la vida del ganado, pero sí afecta la movilidad y economía de los productores yucatecos, quienes enfrentan pérdidas de hasta 180 mil pesos cuando se devuelve un envío completo por una sola herida; el sector pide flexibilizar las revisiones en las casetas, donde los retrasos y retornos complican la venta y traslado del ganado a otros estados
El gusano barrenador no representa un riesgo mortal en la salud de los animales afectados, ya que existen tratamientos efectivos para su curación, pero en estos momentos sí representa un problema en la logística de los productores yucatecos para enviar su ganado a estados del centro del país, lo que puede representar importantes pérdidas económicas.
El presidente de la Asociación de Criadores de Ganado de Registro del Estado, Manuel Medina Castro, explicó que para movilizar a un animal, en la actualidad, se tiene que obtener un certificado de que se encuentra libre de alguna herida, el cual lo otorga un veterinario certificado; dicho documento tiene un costo de 40 pesos, por lo que no representa mayor problema.
Pero lo que sí tiene desconcertados a los ganaderos yucatecos es que si en el camino se detecta un animal con una herida, incluso sin gusano, no solamente se baja al animal afectado para darle tratamiento sino que se obliga a regresar la jaula completa al Estado de Yucatán, que ocasiona una pérdida de alrededor de los 150 mil pesos por concepto de flete, independientemente de que la venta no se concreta.
“Hasta ahora no se ha podido superar que en las casetas de vigilancia se están tardando hasta 48 horas para revisar estrictamente a los animales”, dijo el dirigente, que a manera de ejemplo recalcó que el filtro ubicado en la carretera a Villahermosa, específicamente establecido en playas de Catazajá, Chiapas, la revisión es muy estricta, al grado que inclusive se utilizan perros entrenados para detectar al gusano barrenador.
Y debido a que esta es la única caseta autorizada para revisar con detalle a los animales, en este punto se forma un auténtico cuello de botella con todos los camiones que trasladan jaulas ganaderas desde Tabasco, Chiapas y la Península de Yucatán, por lo que la espera es larga, inclusive de más de dos días.
“Se amontonan 50 o 60 jaulas, y cuando llega tu turno te das cuenta que por el hacinamiento y el calor en el remolque, ya se murió algún animal” subrayó Medina Castro, quien refiere que en el caso de regresar el remolque desde esa caseta, que se ubica a unos 600 km de Mérida, el flete de ida y vuelta cuesta alrededor de 180 mil pesos.
Ante este panorama, aunque aplaude las medidas para frenar el avance de esta plaga que el gobierno estatal implementará en coordinación con la Senasica, la Universidad Autónoma de Yucatán y las asociaciones ganaderas locales Ugroy y Ugry, Medina Castro consideró que es necesario intervenir para gestionar, ante la autoridad que corresponda, que se flexibilicen las medidas al momento de transportar el ganado.
“Es lógico que un animal durante un traslado tan largo se puede lastimar o herir con alguna parte del camión, o por alguna pelea con sus compañeros de viaje, pero esto es absolutamente natural y no representa mayor problema, ya que no está presente aún en la herida la mosca que transmite el gusano barrenador”, explica.
Por ello, lo que sugieren que se debe de hacer es permitir que se baje al animal para curarlo y que continúe su trayecto, y que no se tenga que regresar la jaula completa que tiene una capacidad para transportar hasta 65 bovinos adultos, que de esta manera se envían a corrales de engorda ubicados en estados como Querétaro, Jalisco, Veracruz y San Luis Potosí.
“Eso sí nos está afectando en la comercialización, porque quien quiere comprar ese ganado, se desanima, y el vendedor dice ‘no voy a perder dinero’, y al no comprar ganado comercial también se afecta a quienes vendemos sementales de registro, todo es un círculo”, subrayó.
Medina Castro también recalcó la importancia de que las autoridades fitosanitarias una vez que certifiquen que los animales salen de Yucatán en buenas condiciones, en el caso en el que alguno presente una herida que se hizo en el trayecto, se considere la situación y le permitan pase libre para llegar hacia su destino final.
Es importante que se tomen estas medidas porque en la actualidad hay varios compañeros, resaltó, que reportan desánimo después de que sus envíos de ganado fueron regresados por algún problema de los antes señalados, cuando es sabido que un animal que tiene la presencia del gusano barrenador se puede curar aplicándole invectina.
Al respecto, el titular de la Seder estatal, Edgardo Medina Rodríguez, ha señalado que, a la fecha, se han registrado 959 casos en la entidad, de los cuales más de 850 se encuentran recuperados debido al seguimiento médico veterinario y a la aplicación gratuita del protocolo oficial de atención.
“No pasa nada si se atiende a la brevedad posible, por eso es importante hacer la revisión constante de los animales en los ranchos para ubicar lesiones y atenderlas antes de que se conviertan en el punto de origen de un brote del gusano barrenador”, recalcó Medina Castro, quien aseguró que en estos momentos no hay rancho en el que no se observe el problema y que por falta de tiempo no se reporta a la autoridad.
“Pero aquí lo importante es que se detecte a tiempo la herida y se atienda porque de no hacerlo el animal sí puede morir”, apuntó.
De manera adicional, anunció oficialmente que será mediante el uso de trampas, estaciones cebo y entomopatógenos, así como con barridos en las zonas de mayor riesgo, la manera en la que se pretende frenar el avance de la plaga del gusano barrenador, que en la actualidad ya está presente en 87 de los 106 municipios yucatecos. Medina Castro compartió que se lleva un importante camino avanzado en la producción de moscas estériles para evitar la proliferación del gusano barrenador.
“Anoche (viernes), en el recinto ferial de Xmatkuil, estuve con el secretario de Desarrollo Rural y las personas involucradas en este tema, y comentan que ya llevan dos o tres reuniones para que en la Facultad de Veterinaria se produzcan moscas estériles, esto a partir de la experiencia que se tiene produciendo mosquitos estériles para combatir el dengue hemorrágico”, adelantó.
En este sentido, compartió que los responsables de este proyecto explican que en Panamá se producen un millón de moscas de manera semanal, cantidad que ya es insuficiente porque el gusano barrenador tiene mucha presencia en Centroamérica, por lo que la meta es producir una cantidad similar en Yucatán, beneficiando con ello a toda la Península.
“Me atrevería a decirte como ganadero que la mosca está en todos lados, en todos los ranchos, en la mayoría, nada más que la gente no lo está reportando como debería ser porque en la práctica y en la realidad lo que hacen es curar al animal en el momento”, aseguró.
En este sentido, recalcó la importancia de que la gente de campo sea muy minuciosa en cuanto a las observaciones que realizan a los animales, ya que en muchas ocasiones las heridas están en lugares no visibles.
“Cuando esto pasa es hasta los dos o tres días cuando se detecta el gusano barrenador, pero todo se cura, a menos de que transcurra una semana sin checar o revisar al animal”, puntualizó.
Texto y fotos: Manuel Pool




