Por qué es importante usar sujetador deportivo

 

Cada día más mujeres adoptan hábitos de vida saludable y, además de una dieta equilibrada, incluyen el deporte en su día a día. Sin embargo, muchas veces no prestan atención a una de las prendas básicas para que esa actividad física no provoque precisamente lo que están intentando evitar: problemas de salud. Se trata del sujetador deportivo, una pieza fundamental cuando se realiza ejercicio.

Muchas mujeres usan para hacer deporte los mismos sujetadores que llevan para su vida normal, y otras que sí optan por un modelo deportivo, sólo se fijan en su bonito diseño o sus llamativos colores; un error, ya que para asegurar la salud es necesario dedicar tiempo a elegir aquellos modelos que se adapten perfectamente a la anatomía femenina y al tipo e intensidad de la actividad física que se practica. Y es que no es lo mismo un deporte en el que se producen continuamente saltos, como el baloncesto, que otro como el Pilates, basado en suaves movimientos sin apenas explosividad, pero mucho más sostenidos en el tiempo.

El pecho femenino apenas tiene sujeción y tiene más movilidad incontrolada que cualquier otra parte del cuerpo, una circunstancia que se agrava cuando se practican deportes, ya sean de bajo, medio o alto impacto. Por este motivo, las principales funciones que tiene esta prenda son aportar esa sujeción tan necesaria ante cualquier tipo de actividad, proteger el pecho de movimientos dañinos, y evitar el impacto provocado con el ejercicio físico.

Elegir el modelo de sujetador deportivo más adecuado para cada mujer permite evitar lesiones, ya que ofrece la sujeción necesaria para el tipo de actividad y la anatomía femenina. La sujeción natural del pecho se basa en la propia piel y en los ligamentos de Cooper, y si no se usa el sujetador deportivo adecuado, estos tienen un trabajo extra para el que no están preparados y pueden llegar a romperse. Éste no es un problema temporal, ya que estos ligamentos no se regeneran. Además, aunque no se produzca una ruptura, pierden eficacia cuando tienen un trabajo excesivo, lo que hace que se adelante la caída natural del pecho que se da con el paso del tiempo.

Otra de las lesiones comunes en mujeres que, o bien no usaron un sujetador deportivo, o llevaron uno inadecuado, son las micronecrosis, es decir, la muerte celular de pequeñas partes de los tejidos internos. Además, los impactos por el movimiento que se van recibiendo mientras se realiza la actividad deportiva pueden llegar a provocar otras pequeñas lesiones internas, tanto en el sistema nervioso, como en el linfático o el vascular.

Por otra parte, el hecho de no sentirse cómoda realizando una actividad deportiva a causa del movimiento del pecho hace que una mujer, de forma inconsciente, modifique el ejercicio tratando de mejorar esa incomodidad. Forzar de esta manera la postura y las rutinas puede conllevar riesgos, tanto musculares como a nivel de las articulaciones. Por ejemplo, si se está practicando running y no se está a gusto, es probable que se cambie la forma de correr para minimizar las molestias, lo que puede acabar provocando esguinces o distensiones.

Queda claro que la sujeción es básica para evitar lesiones, pero eso no se arregla con un sujetador deportivo de una talla más pequeña de la que se debe. Esto puede conllevar otros problemas como la isquemia, es decir, la disminución del riego sanguíneo en alguna parte del cuerpo de manera transitoria, o incluso permanente, además de otras patologías como hipertrofia mamaria, problemas cervicales o lumbares, o la conocida como “pezón de la corredora”, que es una irritación del pezón que produce un dolor similar al del roce con una quemadura.

Texto: Agencia

Foto: Cortesía

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