Al grito de ¡libertad, libertad, somos migrantes, no delincuentes!, los extranjeros salen con maletas, botellones de agua y la esperanza de no ser detenidos
Una inédita caravana de cerca de 15,000 migrantes, la más numerosa hasta ahora, partió ayer de Chiapas, en la frontera sur de México, rumbo a Estados Unidos, con el trasfondo de la Cumbre de las Américas, que empezó ayer con la migración como prioridad.
Los extranjeros, en su mayoría venezolanos, centroamericanos y africanos, buscan como primer destino una nueva oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en la que puedan regularizar su situación en México porque en Tapachula no consiguen visas humanitarias.
Bajo una fuerte lluvia, cubiertos con paraguas, cartones, bolsas, impermeables y toallas, emprendieron el viaje a las 6:30 hora local sin importar la adversidad del clima.
En un primer tramo, caminaron más de 8 kilómetros, por lo que pasaron el primer retén migratorio donde estaban algunos miembros de la Guardia Nacional (GN) y el INM, que se limitaron a observar el avance del contingente.
El director del Centro de Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, expuso que en total hay más de 5,000 familias, incluyendo cerca de 93 mujeres embarazadas y 3,000 niños.
“Es necesario que esta crisis migratoria se atienda conforme a la ley, visas humanitarias por un año, inmediatamente, que sean válidas en territorio nacional”, expresó a Efe García Villagrán, activista conocido por acompañar y defender las caravanas de migrantes.
ATRAPADOS EN EL SUR DE MÉXICO
John Romero, migrante venezolano, le indicó a Efe que buscan la visa humanitaria que han prometido las autoridades mexicanas en el pasado, pero hasta ahora no han obtenido una respuesta.
En su lugar, les dieron una cita para dentro de tres meses, lo que los obligó, según el migrante, a salir rumbo al norte de México porque la Policía los lleva presos y los deporta a Guatemala. “Nosotros no queremos quedarnos en México, lo que queremos es salir, por eso vamos con todo caminando”, manifestó.
Esta caravana levanta presión hacia la Cumbre de las Américas, que se realiza en Los Ángeles (EE.UU.) y donde se buscará un acuerdo regional en política migratoria. Al grito de “¡libertad, libertad, somos migrantes, no delincuentes!”, los extranjeros salieron con maletas, botellones de agua y la esperanza de no ser detenidos y avanzar en este nuevo intento.
La caravana de migrantes planeaba avanzar la jornada de ayer al menos unos 18 kilómetros.
De momento, ninguna autoridad federal ha buscado a los migrantes para poder atender a la caravana.
Texto y foto: Efe