Hay regiones donde se tiene que perforar a una profundidad de 400 metros para encontrar líquido
En zonas donde llueve poco, las comunidades son más dispersas y obtener el agua es difícil y costoso, como en áreas rurales del centro de México, la alternativa es innovar, señaló Juan Gabriel Segovia, director general de Gestión Social de la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato.
En las diferentes regiones del estado, en el centro de México, hay zonas donde se tiene que perforar a una profundidad de 400 metros para encontrar líquido, lo que significa invertir hasta 50 millones de pesos (2.5 millones de dólares) para tener un pozo de absorción de agua.
“Estamos hablando que hay desde los 80 a 100 metros en algunas zonas, pero en otras hay que perforar hasta 300 o 400 metros para obtener agua, eso nos obliga a ser muy eficientes en el uso y en realizar campañas constantes con la población para que la cuide”, dijo en entrevista con EFE.
Guanajuato es uno de los estados que participa en la iniciativa Lazos de Agua de Fundación Femsa, cuya primera fase permitió llevar agua, saneamiento e higiene a 200 mil personas en Colombia, Guatemala, México, Nicaragua y Paraguay.
Más retos, menos lluvias Segovia explicó que el promedio histórico de precipitaciones pluviales en Guanajuato es de 600 milímetros anuales, pero este año ha llovido muy poco y apenas registraron 408 milímetros de precipitaciones.
“Por eso, el origen del agua que se utiliza es principalmente subterráneo, el agua superficial que usamos ronda apenas el 3 o 2 por ciento”, detalló.
Normalmente trabajan con localidades menores a 2.500 habitantes pero hay otras que tienen poblaciones de 15, 20 o de 50 personas y perforarles un pozo resulta costoso.
“Ahí es donde tenemos que ser muy creativos desde el ámbito gubernamental y es donde intervienen proyectos como Lazos de Agua para tener mucho acercamiento, mucho acompañamiento, y mucha sensibilización con las comunidades y desarrollar otras estrategias”, expresó.
Además de ejecutar el programa de obra de infraestructura en las comunidades, en Lazos de Agua trabajan en el acompañamiento social para ayudar a la población a que se organice en la administración de la infraestructura y el cobro de cuotas, e intervienen en la solución de conflictos.
“Ahí es donde entra el programa Lazos de Agua, a través del arte social se genera la sensibilización hacia la población de manera innovadora, de manera divertida, con diferentes herramientas de las que consta el proyecto y la población aprende a cuidar el agua”, expuso Segovia.
“Hay casos en donde una comunidad tiene el pozo, pero ese pozo es suficiente para abastecer a dos o tres poblaciones cercanas, pero a veces ellos se resisten porque la gente dice: ‘es que el agua es mía y el pozo es mío’, entonces ahí hay mucha labor social de convencimiento”, agregó.
En este aspecto, el funcionario reconoció que los programas impulsados por Lazos de Agua, con el componente del arte social, evitan conflictos.
Mejora calidad de vida
“Una señora que me parecía muy mayor de edad, con un rostro de sufrimiento, me contó del cambio en su vida al no tener que caminar tantos kilómetros cargando el peso del agua, de sus hijos que no podían ir a la escuela porque el agua estaba contaminada y cuando me dijo su edad yo no lo podía creer, era muchísimo más joven que yo”, relató la directora de sustentabilidad y alianzas de Coca-Cola Latinoamérica, Andrea Mota.
En las comunidades rurales, explicó, es trabajo de la mujer proveer el agua para la familia y eso implica jornadas de hasta seis horas al día, lo que deja un desgaste físico y emocional muy grande.
Sobre este punto, Ernenek Duran, director sénior de programas para Latinoamérica de a fundación One Drop, recordó que el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6, relacionado con el acceso universal al agua, está muy lejos de alcanzarse.
Texto y fotos: EFE / Agencias