Instituciones autónomas, contrapeso para AMLO

“Se respetará la autonomía del Banco de México; el nuevo gobierno mantendrá disciplina financiera y fiscal; se reconocerán los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros”, dijo Andrés Manuel López Obrador, al festejar su victoria en el conteo rápido de resultados de la elección presidencial

Muchos catalogaron el discurso como conciliador, pero analistas consultados esperan que, a la jornada electoral, siga un periodo de incertidumbre, pues los mensajes encontrados durante la campaña generan cautela respecto a sus acciones una vez que asuma el cargo.

Expertos indican que, pese a que el próximo presidente iniciará su administración con mayoría simple en el Congreso (42% de participación en senadores y 41% en diputados), hay figuras que generan contrapesos para equilibrar el sexenio.

La nueva administración encontrará que los gobiernos estatales son, en su gran mayoría, de partidos distintos a la coalición, argumenta Alejandro Poiré, decano de la Escuela de Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey.

“La enorme mayoría de las gubernaturas son de partidos que no están en la coalición. Las políticas públicas relacionadas con seguridad, salud y educación pasan por la coordinación de la Federación y los gobiernos locales; ése es un primer contrapeso natural”, explica.

Por otro lado, existen organismos constitucionalmente determinados que pueden establecer equilibrios. El primero a considerar es el Banco de México, el cual, al ser un organismo autónomo, tiene facultades en materia de política económica.

“A la mitad del sexenio, el próximo presidente podría optar por un cambio en la gubernatura de Banxico, pero hemos visto que, al mantenerse autónomo, el Banco de México ha realizado recomendaciones en el manejo de política fiscal, como en el sexenio de [Enrique] Peña Nieto, cuando hizo múltiples llamados a mantener el endeudamiento bajo control “, expone Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.

En el terreno legal, se vislumbra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su deber como organismo es proteger la constitucionalidad en el actuar del gobierno.

“Es el organismo con el cual se garantiza la legalidad de las acciones del gobierno. Esto será un contrapeso, sobre todo en términos de las decisiones que requieran cambios radicales o de mucha profundidad. Las modificaciones a las leyes deberán estar avaladas por la Suprema Corte”, comenta Edna Jaime, fundadora y directora general de México Evalúa.

La sociedad civil también representa un papel importante en el balance. “Se necesitan medios de comunicación independientes y voces críticas en las calles. Ése es el primer contrapeso que tienen los gobiernos desde la sociedad civil. En una segunda fase están los observatorios, los think tanks; este tipo de organismos representa otra voz y ayuda a que la ciudadanía esté informada para que pueda exigir y promover cambios en la forma de actuar del gobierno”, señala Jaime.

Desde el punto de vista de Grisel Salazar, profesora asociada al programa de Periodismo del CIDE, el peso más fuerte de la ciudadanía será exigir transparencia.

“Históricamente, esta elección es significativa porque ningún presidente del país había recibido tanta atención, incluso por parte de la prensa internacional. Seguramente veremos que de la sociedad civil surjan iniciativas que le recuerden al gobierno lo que prometió y que velen porque se garantice la transparencia en la gestión”.

Como un contrapeso externo, también puede considerarse a los mercados financieros. En el argot económico, se dice que los empresarios “votan con los pies”. Para Jaime, será importante observar el comportamiento de los mercados financieros y de la confianza de los inversionistas del exterior.

“Los mercados castigan rápidamente cuando hay decisiones apresuradas; no hay un vacío institucional para pensar que no habrá contrapesos legales a alguna determinación fuera de lugar, pero los mercados son un indicador que reacciona de manera inmediata y que tiene consecuencias en diferentes niveles. Los políticos, simplemente, no pueden ignorarlos”, añade.

El papel de la IP.

Para Mónica Flores, quien preside la American Chamber, será fundamental que la iniciativa privada mantenga un canal de comunicación permanente con el gobierno, pues se debe considerar que las autoridades y el empresariado comparten un objetivo: la generación de empleo formal.

“La IP no funge como contrapeso, más bien está abierta al diálogo, a una convivencia directa. Los gobiernos cambian, los partidos rotan, pero es clave, para la certeza de los ciudadanos y las empresas, que exista cierta continuidad, pues sólo así pueden abordarse temas fundamentales, como seguridad y Estado de derecho”, ahonda.

En materia de política bilateral con Estados Unidos, Flores considera que el próximo gobierno deberá retomar los temas de la agenda, no sólo los asociados al TLCAN, sino en los que se refieren a competitividad y productividad en la relación bilateral, pues, aunque se apueste más al mercado interno, Estados Unidos seguirá siendo importante para el nuevo gobierno.

Reconfiguración política.

Jaime señala que, tras la probable desaparición de algunos partidos políticos, será importante ver la postura que adopte el Partido Acción Nacional (PAN), pues será la oposición directa al gobierno en términos de fuerza política.

“Para el PAN, vienen momentos de definiciones relevantes; es importante ver si apostará por recuperar su tradición de oposición responsable o si buscará ganar terreno con alianzas con los partidos que representan la mayoría en la coalición”, añade.

En opinión de Poiré, el reto del PAN para reconstituirse como oposición es grande. En el caso de Morena (vista como partido e institución), debe constituirse en un mecanismo de disciplina entre sus propios militantes, como ocurre con el PRI cuando está en el poder.

“Ahora la pregunta más interesante es saber en qué medida el gobierno entrante reconoce la responsabilidad de llevar la mayoría y cómo podrá lidiar con el costo político de dejar expectativas sin cumplir. Ése será uno de los contrapesos internos para el gobierno, pues todo lo que ocurra será responsabilidad de la coalición gobernante”.

Pocos esperaban que el triunfo de Morena vendría acompañado de la mayoría en el Congreso y, por sí misma, esa condición se convierte en freno para políticas abruptas. Dice Poiré: “En política, hay una expresión: es más divertido ser borracho que ser cantinero”.

Texto: Viridiana Mendoza Escamilla
Fotos: Cortesía

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