Ángel Canul Escalante
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Una vez vez alguien me criticó que siempre escribo sobre el capitalismo. Si bien en muchas ocasiones es así, lo único que pensé al escuchar eso fue que me encantaría que llegara el día en el que ya no sea necesario criticar a este sistema.
Recientemente vimos otra muestra de la gran capacidad del capitalismo de asimilar no solo toca crítica, todo movimiento en contra sino incluso el alma misma. Se estrenó la película de Pixar llamada Intensamente 2 y fue un éxito rotundo. Para los espectadores, así como para los usuarios de redes sociales, fue un tema de plática que hasta semanas después de su estreno sigue en boga. Muy pocos productos culturales últimamente han logrado el alcance mediático que esta película para niños ha tenido. Quizá porque los que más están interesados y, por tanto, comentando al respecto, son los adultos.
Es normal, pues al tocar tópicos sobre la salud mental en una sociedad altamente afectada en ese aspecto, no sólo se interesarán por verla, sino que con alta probabilidad se sientan identificados. Que es el comentario que más predominó por internet.
No dudo que alguna reflexión sobre la importancia de las emociones y la salud mental se presente en más de un espectador, lo que sí dudo es que a partir de ella se puedan construir cambios culturales y políticos respecto a la salud mental, lo cierto es que ese nunca ha sido su fin. Se trata, más bien, de un producto de consumo.