De la presencia de Pedro Infante en la Península de Yucatán no solo queda huella en Mérida, donde fue muy querido por la gente que apreciaba su sencillez y don de gentes, pues Isla Arena fue también uno de los lugares preferidos del artista, quien en sus vacaciones acostumbraba tomar su avioneta y refugiarse en este remanso de paz, de acceso un tanto complicado por la distancia que hay que recorrer desde la capital yucateca, pero que vale la pena para disfrutar de la naturaleza y la amabilidad de sus pobladores.
Isla Arena es un lugar precioso, y no es necesario cruzar en barco, hay una carretera que termina frente al Museo de Pedro Infante que se ubica junto al viejo faro, donde hay numerosos objetos que fueron propiedad del ídolo mexicano, entre las que se incluyen películas originales con todo y la lata que las protege, así como piezas de relevancia en su carrera artística, como el Globo de Oro que ganó por la película Tizoc, en 1957.
Éste es tal vez el tesoro más sobresaliente que se exhibe en el sitio, y a un costado se aprecia la una fotografía de su coprotagonista, María Félix, que nos remonta a las escenas de este film, por el que también recibió Pedro Infante el “Oso de Plata” a la Mejor Actuación Masculina, en el Festival Internacional de Cine de Berlín, en 1958.
En el lugar, que abrió sus puertas en 2012 gracias a la gestión de la hija del actor, Lupita Infante y la Administración Portuaria Integral Campeche, se exhiben carteles de sus películas, el contrato original para su participación en “Necesito dinero” y algunos de los trajes que utilizó en ellas, como es el caso de la vestimenta tipo tamaulipeca con la que apareció en “Los Tres Huastecos”.
El museo, cuya entrada es gratuita, está muy bien presentado, tiene dos salas de exhibición, sala de cine donde se proyectan las películas del actor, mirador en la parte exterior y el área de recepción. Cuenta con una estatua de bronce del cantante en la parte exterior, así como la representación a escala del avión en el que falleció y una foto de la esclava de oro que portaba y que sirvió para su identificación el día del fatal accidente: el 15 de abril de 1957.
Mirtha, una de las dos personas que atienden al público en el museo, recibió al equipo de Punto Medio y lo llevó hasta una fotografía que el actor se tomó en Isla Arena; hay otra con su avioneta, además de cámaras cinematográficas y un violín que se utilizaron en sus filmaciones.
Además de rendir homenaje al actor con sus pertenencias y la proyección de sus películas, en el recinto también existen réplicas de aves, y elementos del origen de la cultura maya, que son las razones por las que el famoso actor visitaba el lugar, al que llamaba “isla del encanto”.
Después de la visita al Museo, que abre de martes a sábado de 9 a 17 horas y domingos de 9 a 15 horas, llegó la hora de comer, y en el lugar se pueden disfrutar de diversos platillos sin gastar mucho dinero, pues hay suficientes lugares para almorzar pescados y mariscos. También se pueden hallar sitios en donde hospedarse.
Isla Arena cuenta con un centro ecoturístico y criadero de cocodrilos, y se ofrecen recorridos en kayaks a la zona de manglares y esteros, donde abundan los flamencos rosados.
Para llegar al sitio desde Mérida, hay que llegar a Halachó y Tankuché hasta arribar a Isla Arena.
La duración del recorrido es de 2 horas con 35 minutos, aproximadamente.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Robert Adams