A la maestra de educación especial jubilada Juana Uc y Estrella, no sólo la apasionó enseñar a niños que tenían algún síndrome, discapacidad y ver sus avances en lenguaje: también la atrapó la escritura, logrando que un par de cuentos salten del tintero a la publicación.
“Cada palabra que se redacta nos permite trascender, narrar atmósferas y describir personajes es genial”, aseguró.
Uc y Estrella originaria de Motul y que ahora radica en Mérida desde hace un tiempo, participa en el taller Tinta Peninsular, junto con Lourdes Mungía Ricalde, Maritza “Cuqui” Mendoza Coral, Gabriela Buendía Xiu, Flora Esquivel, quienes con disciplina escriben cuentos, los cuales se animaron a publicarlos en el libro Sabor de Recuerdos.
Algo característico en sus cuentos es la influencia de la gastronomía, con lo que se demuestra el arraigo que se tiene de sus comidas.
Agregó que ha tomado cursos, se ha capacitado con escritoras y hasta ahora se dio la oportunidad de publicar: “terminar los cuentos es como si me hubiese nacido un hijo, fue una bonita experiencia, lo disfruté”.
“Uno escribe lo que le nace del corazón, entender unos sentimientos, hay quienes lo captan y otros no, dar a conocer una parte de mi historia, la mesa de abuela, de mis hijos”, indicó.
No sólo se dijo aficionada al cuento, también ha leído un buen número de novelas.
Recomendó a los nuevos escritores que se animen a publicar, “se puede realizar, sólo hay que decidirse, hay que ser valiente”, pero hay que pulir la escritura y adquirir ciertos conocimientos, porque tampoco se trata de tirarse al ruedo nada más así.
Sobre su profesión en educación especial, señaló que fue una fábrica de historias, así como aprendió que este trabajo requiere paciencia y empatía con los niños necesitados, ya que muchas veces no necesitan conocimientos, sino aceptación y reconocimiento: “sentirse queridos, adaptados y que se les haga caso”.
Explicó que trabajó en Centros de Atención Múltiple durante 22 años, tanto en Motul como en Mérida, donde el objetivo es que los chicos se adapten a la sociedad. Además, añadió que es importante la inclusión, porque no siempre tendrán a sus padres o alguien cuidándolos.
Por su parte, “Cuqui” Mendoza Coral explicó que el libro se empezó a construir hace dos años, para que las cinco escritoras emergentes vean plasmados sus cuentos y no se queden sólo en el taller.
Señaló que el dramaturgo Fernando Muñoz las motivó a realizar el libro, luego de escuchar los cuentos y notar lo bien estructurado que estaban.
Respecto a si borró demasiado sus cuentos, indicó que todas las historias cuando se plasman por primera vez están sujetas a escrutinio del mismo autor y siempre hay que pulir, ya que “es una piedra preciosa, la veo opaca y le sigues dando brillo, no quedó con el brillo y se sigue puliendo, para que todo aquel que lo lea pueda entenderlo y vibrar los recuerdos”.
“Que paladeen sus papilas gustativas se inunden de saliva sólo con el recuerdo de lo que se cuenta”, indicó.
Mencionó que el primer taller lo impartió la maestra Lucía Malpeña, luego las invitaron al taller de cuento corto, “asistíamos juntas a los talleres, vinieron convocatorias y una se arma de valor y participas”.
Expresó que también trabajan poesía, pero a ellas le gusta el cuento. Recordó que en la convocatoria pasada de minilibro Cuento de Sonora, presentó un tema sobre la migración, que quedó en la antología que se presentará en ese estado.
Datos a destacar
-A Juana Uc y Estrella no sólo la apasionó enseñar a niños que tienen alguna discapacidad y ver sus avances en el lenguaje: también la atrapó la escritura, logrando que un par de sus cuentos salten del tintero a la publicación.
– Participa en el taller Tinta Peninsular, junto con Lourdes Mungía Ricalde, Maritza “Cuqui” Mendoza Coral, Gabriela Buendía Xiu, Flora Esquivel, con quienes publicó el libro Sabor de Recuerdos.
– “Cuqui” Mendoza Coral explicó que el libro se empezó a construir hace dos años, para que las cinco escritoras emergentes vean plasmados sus cuentos y no se queden sólo en el taller.
Texto y fotos: Darwin Ail