Juegos que desaparecen

 

 

“El boom de la tecnología ha revolucionado el mundo entero, podríamos compararlo con la época de la revolución industrial cuando la vida dio un giro enorme y nunca más volvió a ser la misma”, expresó el profesor de creación literaria en lengua maya y promotor cultural Feliciano Sánchez Chan al hablar de cómo las nuevas tecnologías han desplazado las alegrías y diversión que brindan los juegos tradicionales en Yucatán.

Sánchez Chan señaló que conforme a la sociedad se transforma, el juguete también se modifica y en este tiempo de la tecnología de punta, los productos que surgen, rodeados de mercadotecnia muy penetrante, van conquistando espacios en la mentalidad, no solamente de la gente que vive en las ciudades, sino incluso en comunidades apartadas.

“Cuando nos enseñaban los juegos tradicionales, aprendíamos que en cada época del año la Naturaleza misma nos iba proporcionando elementos que podíamos convertir en juguetes; flores, frutos, raíces, tallos, hojas y semillas, nos servían a la perfección para crear nuestros juguetes y era una forma de participación que motivaba todas las habilidades y permitía saber en qué época del año la Naturaleza te proporciona algunos recursos”, añadió.

 

Los más populares

El Maestro en Ciencias Miguel Flores Vera señala en su tesis “Los juegos y juguetes infantiles en una comunidad maya yucateca” que “mediante el juego los niños representan acciones sociales e incorporan a ellas los objetos del medio convertidos en juguetes”. Asimismo, presenta más de 30 juegos y juguetes que con el tiempo han ido desapareciendo, algunos de la región y otros de carácter universal. Algunos de ellos son los siguientes:

Muñecas de tela: Se realizan en casa y se utiliza ropa vieja para la forma, y su relleno es de puro trapo. Usualmente eran elaboradas por las madres de las niñas.

Figuras de animales: Consiste en convertir recursos naturales (flores y frutos) a la forma de algún animal de cuatro patas; suele pensarse en un cochino.

Carros, coches y camiones: Aunque la elaboración era más compleja, era muy común ver a los niños andar en su propio “medio de transporte”, hecho a base de diferentes maderas y por el cual solían recorrer los patios de las casas.

Caballitos de palo: Por lo general solía bastar con un palo de madera para que los niños lo colocaran entre las piernas y simularan montar un caballo, aunque este se asemeje poco o nada con el animal. Posteriormente salieron palos de escoba que en un extremo contaban con la cabeza del caballo hecha de plástico.

El aro: Un objeto circular (puede ser el “rin” sin rayos de una llanta de bicicleta o la misma rueda) que los niños impulsan y mantienen girando con algún palo recogido del suelo, mientras caminan.

Kimbomba: Uno de los más conocidos en la región. Se juega con dos piezas de madera, una de 10 centímetros, de forma cónica en ambas puntas y otra que es un palo de 3 centímetros de grosor, aproximadamente, y entre 20 y 30 centímetros de largo.

Podría decirse que la kimbomba es una expresión rudimentaria del béisbol, pues también se juega entre dos equipos: uno batea y otro defiende, se hacen “outs” y cambian de posición, se anotan carreras, etcétera. En otra modalidad del juego, gana quien logre alejar más la pieza pequeña de la “caja de bateo”.

 Tinjoroch: Flores Vela lo describe como un objeto en forma de hélice que gira por el impulso que ejerce sobre él la fuerza de desenrollamiento de un hilo corchado que atraviesa su centro. Sin embargo, era más común que se realizara con una corcholata aplastada, a la que se le hacían dos agujeros con un clavo. El juego consiste en mantener la hélice o corcholata girando.

 Teléfono: La manera más elemental de elaborarlo era cortar botellas a la mitad y unirlas mediante un hilo. Más adelante, se cambió por vasos desechables. Al tensar el hilo y hablar por una de las botellas o vaso, quien tiene el otro extremo puede escuchar y responder de igual manera.

 Tirahule o resortera: Es un tronco pequeño tallado en forma de letra Y, unido por un hilo elástico a una tira de cuero; usualmente los proyectiles eran piedras pequeñas. Con él, los niños jugaban a cazar iguanos o colocaban objetos para desafiar su puntería.

Balero o barrilito: Hecho a base de madera, consta de un trozo en forma de barril con un agujero en la aprte inferior, unido con una cuerda a un palito, el cual debe ser insertado dentro del orificio. En algunos casos, al no contar con el juguete artesanal, podía crearse uno con cualquier palo de madera y reemplazar el barril por una lata o la mitad de una botella, por ejemplo.

 Canicas: Existen varias maneras de jugar las canicas. La más común era dibujar un circulo en el suelo para colocarlas adentro, luego desde cierta distancia los jugadores lanzan sus canicas contra las que se encuentran en el círculo tratando de sacarlas de éste para obtenerlas.

 Trompo: Hecho originalmente de madera con punta de hierro, al cual se le enrolla con un hilo y es lanzado al piso con el objetivo de hacerlo bailar. Existen muchas modalidades de juego con el trompo; podía jugarse apostando monedas, darle de puntazos al trompo de otro jugador, entre otros. Además  estaban los “trucos” como lanzar el trompo al aire para recibirlo bailando en la mano o hacerlo bailar en el hilo.

Yoyo: Conocido en todo el mundo, está formado por dos piezas en forma de disco unidas por un eje, al cual está amarrado al extremo de un hilo de aproximadamente un metro. El otro extremo del hilo es amarrado a un dedo de la mano, se enrolla en el eje y es lanzado para desenrollarlo y con el mismo impulso, enrollarse de nuevo. Suele jugarse haciendo diversos trucos como “El columpio” o “La vuelta al mundo”.

Papagayos, papalotes o cometas: Tradicionalmente se hacían los papagayos del papel que se obtenía de bolsas o envolturas que se usaban en las tiendas o bien se compraba papel “de seda” o “de China”. Actualmente es más fácil usar plástico de las bolsas o envolturas. Se juega elevándolo por la fuerza del viento que lo golpea mientras es retenido con el hilo de sostén.

Lotería: Es una especie de bingo, pero en lugar de números se usan imágenes impresas tanto en tarjetas de cartón estilo naipes como en las cartillas. Después de barajar las cartas, un jugador canta las imágenes que van saliendo al azar, mientras que los otros van marcando las correspondientes en sus cartillas. Cuando alguien logra llenar la cartilla debe anunciar con un grito fuerte: ¡lotería! y es el ganador (usualmente de algunos pesos que apuestan los jugadores).

Chácara: Es el juego conocido en otros lugares como rayuela o avión. Se dibujan unos rectángulos en el suelo formando una especie de avioncito: tres en línea, luego dos en cruz, uno más en línea, otros dos en cruz, seguidos por uno en línea y finalmente un círculo. A los rectángulos en línea se llega brincando con un pie y a los rectángulos en cruz y al círculo con los dos pies.

Pesca-Pesca: Los niños forman dos equipos: uno que se encarga de pescar (atrapar) al otro y se establecen distintos lugares (una pared o un poste, por ejemplo) como “bases” en las que los jugadores no pueden ser atrapados. Otra modalidad de juego es el “encantado”, donde el niño que es atrapado se queda parado en su lugar hasta que otro compañero lo toque para liberarlo y correr de nuevo. Una vez que todos son atrapados, el equipo perseguidor pasa a ser el perseguido.

Otros juegos infantiles: Los columpios, el sube y baja, el pasamanos y los toboganes o resbaladillas, también forman parte de las principales actividades que rrealizaban los niños en los parques y que fomentan la actividad física.

La cantidad de juegos y juguetes tradicionales es extensa; sin embargo, los anteriores son tan sólo algunos de los que más se practicaban en el estado hace ya algunas décadas y que, hoy por hoy, se desvanecen entre las memorias de los adultos que los disfrutaron durante su infancia.

 

“Hacia el precipicio”

Retomando las declaraciones del promotor cultural, Sánchez Chan señala que “cada día, es más común observar a niños y niñas jugando con teléfonos celulares y tabletas desde temprana edad, con dominio total del aparato y sin un control de los padres, lo cual representará un problema en el futuro”.

Indicó que las grandes empresas trasnacionales están conscientes del riesgo al que exponen a la sociedad, a pesar de lo cual se empeñan en generar más dinero, devastando los pocos recursos naturales que aún se conservan y se niegan a reconocer la difícil situación de adicción a las tecnologías, misma que “puede no tener vuelta de hoja si no reaccionamos a tiempo”.

“La carrera que lleva la humanidad en la actualidad es contra el tiempo y contra la humanidad misma. El uso excesivo de la tecnología parecería que está condenando a las futuras generaciones a una verdadera catástrofe, ya sean enfermedades, contaminación, calentamiento global, extinción de ciertos recursos no renovables, o cualquier otra cosa, pero pareciera ser que vamos hacia el precipicio”, manifestó el profesor.

 

Qué debe hacerse?

“Yo creo que la misma educación debería incorporar este conocimiento en su contenido. Me parece que recuperar estos conocimientos que están en las comunidades y en la memoria de nuestros adultos, sería fundamental para el rescate del juguete tradicional, además de la integridad física e intelectual del niño”, manifestó Sánchez Chan.

Expuso su preocupación ante diferentes estudios que señalan que los celulares pueden generar vibraciones que pudieran ser cancerígenas y lamentó que la tecnología está ocupando espacios que deberían ser aprovechados para transmitir los conocimientos que las comunidades tienen, hacia las nuevas generaciones.

“Eran una muy buena distracción, además nos permitían estar activos constantemente, cosa que no está ocurriendo con los niños de la actualidad. Los aparatos modernos sujetan al niño a un espacio en su cama, su hamaca, una silla o sillón y ahí lo mantienen cautivo durante horas. Además reducen la creatividad, es un producto que te dan ya listo, son juegos donde únicamente tienen que mover los dedos”, aseveró el promotor cultural.

 

Riesgos para la salud

Por otro lado, expertos de la ortopedia aseguran que el uso excesivo de teléfonos y tabletas, así como permanecer en una sola posición por largos períodos de tiempo, puede provocar problemas en las articulaciones y en la espalda, además de que el sedentarismo puede ser causa de sobrepeso u obesidad.

Cabe señalar que, según datos recabados, el estado de Yucatán ocupa el segundo lugar nacional en obesidad infantil, mientras que México se encuentra en la primera posición a nivel mundial de este padecimiento.

Sánchez Chan opinó que los juegos tradicionales están siento desplazados por los celulares, tabletas y hasta computadoras que incluso se regalan, además de que casi en cada esquina pueden encontrarse las maquinitas tragamonedas, “cibers” y videojuegos.

“El mundo del niño está siendo condenado a espacios de inmovilidad que no permiten el desarrollo de su capacidad psicomotriz, y eso puede traer complicaciones de salud muy serios en un futuro no muy lejano”, finalizó.

 

Miguel Duarte

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