Los Dodgers de Los Ángeles aseguraron su décimo título divisional en 11 años, su undécima aparición consecutiva en los playoffs de Grandes Ligas y la decimoquinta de las últimas 20 temporadas. Pero el lanzador mexicano Julio Urias, una de las principales armas del club en tiempos recientes, no estuvo ahí para celebrar con sus compañeros.
Peor aún: El zurdo no estará disponible para ayudar en el intento de detener el avance arrollador de los Atlanta Braves como representante de la Liga Nacional en la Serie Mundial y, muy probablemente, no volverá a ponerse la única camiseta que ha vestido a lo largo de su carrera profesional.
Urias se encuentra en licencia administrativa, mientras enfrenta acusaciones de violencia doméstica de parte de las autoridades de Los Angeles y una investigación independiente de la oficina del comisionado, que busca determinar si el jugador violó las políticas internas de las ligas mayores.
El lanzador tiene cita en la corte el 27 de septiembre y lo que ocurra allí definirá su futuro inmediato, pero solamente en el aspecto legal. El comisionado de MLB, Rob Manfred, decidirá si el lanzador merece una sanción, y la extensión de la misma, basándose principalmente en la investigación de la liga.
De ser encontrado culpable, Urías podría enfrentar una sanción ejemplar por ser reincidente.
Es justo recordar que el lanzador norteamericano Trevor Bauer, un ex compañero de Urías con los Dodgers, recibió una suspensión histórica de 324 juegos (que posteriormente fue reducida a 194 juegos por el árbitro independiente), pese a que fue encontrado inocente no una, sino dos veces, por la justicia californiana.
Bauer fue reinstalado en diciembre de 2022, pero los Dodgers lo dejaron en libertad en enero de 2023 y ningún equipo de las Mayores volvió a firmarlo, ni siquiera porque le saldría gratis.
Texto y foto: Agencias