El yucateco Julio Ventura debutó ayer como novillero en el mejor escenario, la Plaza de Toros Mérida, y estuvo a la altura de sus alternantes, Eduardo Neira y Bruno Aloi, quién, por cierto, regaló un toro más
La corrida estuvo muy bien, ya que los novillos no fallaron, se vieron con fuerza y viveza para el deleite.
Ello permitió lucir a Neira, Aloi y Ventura, pero los tres fallaron con la espada y nadie se llevó orejas. Aplausos y vuelta el ruedo fue lo que se vio en el festejo, pese a que el respetable sacó en tres ocasiones los pañuelos blancos.
Una tarde fresca para ser octubre, y con amenaza de lluvia en el último toro, de regalo para Aloi. Venturita comenzó así su carrera en el mundo de los toros, en donde pretende hacer grande su nombre.
Se le vieron hechuras, pero todavía le falta pulir la estética; valor lo tiene y también la simpatía del público.
Buen debut
Con Pibinaal, su primero, que por cierto tiró al picador Alejandro Sosa, Ventura lo hizo bien a secas y se llevó palmas. Puso una estocada caída, que fue suficiente para que el toro cayera, pero aunque hubo peticiones de orejas no se las dieron, porque no se lo mereció. Lo que si hay que reconocer fue su valor ante el toro, pegado a pitones y moviendo la tela para cambiar la cara del animal, pero al final fue tocado y casi se lleva su revolcón por el burel.
Con Habanero, el último reglamentario, Ventura se lució, pues el toro embistió muy bien. Lució la muleta con suavidad y sacó varios oles de la afición.El yucateco se quedó cerca de la oreja, pues su primer pinchazo se cayó y tuvo que ir a dos más para matar. El público pidió oreja, pero los jueces no hicieron caso.
Tanto Neira como Aloi, que ya tienen experiencia internacional, dieron una buena tarde, agradable a los aficionados, pero fallaron con la espada, lo que evitó que se diera un triunfador en el coloso de la avenida Reforma.
Texto y fotos: Esteban Cruz Obando