El fundador de la empresa, José Andrés Cocom Basto, recuerda que empezó con el vino de Jamaica, que tuvo una gran aceptación, por lo que ahora tiene la variedad de sabores como piña, pitahaya, arándano, mango y café
Los vinos artesanales de fruta “Kichák” buscan ser una opción más en la amplia gama de bebidas que acompañan los diferentes platillos. “Somos vinos jóvenes, esto quiere decir que no se almacenan en barricas para que pasen años de añejamiento, hemos madurado varios sabores y queremos aumentarlos”, declaró el fundador José Andrés Cocom Basto.
En entrevista con Peninsular Punto Medio, el ingeniero en Biotecnología señaló que empezaron con el vino de jamaica y luego la gente les pidió otros sabores y fue como experimentaron con piña, pitahaya, arándano, mango y café.
“Llevamos dos años y hemos tenido una buena aceptación y esperamos aumentar la producción así como la oferta de sabores, ya que también está en proceso un vino de mandarina”, indicó.
“Kichák” fue uno de los módulos más visitados que participaron en la primera feria artesanal que se llevó a cabo en la Casa del Pueblo.
Actualmente tienen una producción de 350 litros mensuales y por paquetería han enviado sus productos a CdMx, Campeche, Quintana Roo y Tabasco.
Señaló que sus vinos se conocen como “jóvenes”, lo que quiere decir que su proceso de fermentación es diferente ya que no se utilizan barricas, donde tardan años de añejamiento, “lo que realizamos es un mosto de frutas, donde se alcanza hasta los 11 grados de alcohol”.
Los vinos que tienen muchos más años de añejamiento pueden alcanzar hasta los 40 grados de alcohol.
Explicó que el aroma de los vinos añejados y los jóvenes igual es muy diferente ya que los primeros tienen un olor amaderado.
La madera más generosa en aromas es la de roble nuevo, aporta el dulce aroma de vainilla, y a otras moléculas aromáticas, como el aldehído vainílico.
La vainilla se mezcla con notas dulces y empireumáticas que se deben al tostado de la madera, ya que las hemicelulosas del roble se caramelizan. El paso del vino por barrica puede dar también el olor y el sabor ardientes de las especias (pimienta) y puede dejar aromas que recuerdan a la madera nobles como el cedro e incienso, etc.
Dijo que cada vez buscan mejorar la clarificación de los vinos, que no queden hileras de las frutas y para ello utilizan varias metodologías, es cuestión de imagen, porque al final de cuenta se trata de la fruta.
Al hablar de los precios, comentó que tienen presentaciones de 750 mililitros de 249 pesos y de 250 mililitros con valor de 120 pesos.
De acuerdo con el pentacampeón de España de sumilleres (encargado del servicio de vinos de los grandes restaurantes), Javier Gila, explicó desde la Plataforma de Sumilleres Catasalacarta.com, los vinos jóvenes armonizan con los mariscos. Estos deben tener cierta acidez; también con el pulpo, los poco tánicos y con cierta acidez.
“Por ejemplo, la langosta en elaboraciones sencillas o con salsas a base de mantequilla con un chardonnay fermentado en barrica”,dijo.
Los vinos se maridan con los aperitivos, el marisco, el pescado, las ensaladas y verduras, las sopas y consomés, los arroces y pastas, los jamones, embutidos y patés, las aves, las carnes blancas, las carnes rojas, los quesos y postres.
Texto y foto: Darwin Ail