La zona arqueológica es uno de los pocos sitios del nororiente del estado que aún conserva su arquitectura en pie
LA REGIDORA DE TURISMO, Shelina Osorio Ramírez, señaló que la entrada a la zona arqueológica de Kulubá permanecerá libre mientras no se inicien los trabajos de restauración que puso en marcha en gobernador del estado Rolando Zapata Bello hace una semana.
Osorio Ramírez indicó que por el momento está permitido el paso para recorrer los espacios y tomarse la foto con las antiguas construcciones que se encuentran esta zona ubicada entre la población de San Pedro Juárez y San Luis Tzuctuk.
Kulubá pasará a ser parte en un periodo no lejano, de los atractivos que Tizimín ofrecerá a los visitantes, junto con su parque zoológico, el cenote de Kikil y el puerto de El Cuyo ubicado a 83 kilómetros de la cabecera municipal.
También, añadió, será parte del detonante de mayor visita en los puertos de San Felipe, Río Lagartos y Las Coloradas, además de que es una esperanza para mejores ingresos para quienes habitan en las comunidades cercanas a esta zona arqueológica.
historia
Esta zona maya es considerada una de la más importantes del estado, tiene una extensión de 9 kilómetros en donde se asientan 400 estructuras que van del año 300 antes de Cristo al mil 100 después de Cristo.
Kulubá significa “Agua del perro salvaje Kulú” y hay evidencias de que tiene más 2 mil 300 años de antigüedad.
Importancia
De acuerdo con el investigaciones, Kulubá tiene influencia maya-tolteca y presenta una arquitectura muy parecida a la que tienen Chichén Itzá y Ek Balam.
Por su ubicación, tuvo un importante auge con la zona costera de Yucatán y con esas antiguas ciudades de la civilización maya.
Aunque la zona arqueológica fue descubierta a fines de diciembre de 1939 por el investigador Wyllys Andrews IV, no fue sino hasta 1941 que fue presentado el primer reporte arqueológico del sitio y un croquis de esta ciudad maya, que tuvo una importante relación comercial con Chichén Itzá.
Texto y foto: Isauro Chi