Magia, maravilla y alegría” es el lema elegido este año por la Casa Blanca para celebrar la Navidad y tratar de endulzar un momento convulso a nivel internacional y en el que la popularidad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aspirante a la reelección, no pasa por su mejor momento.
Más de 350 velas, 33,900 adornos, 22,100 campanas y 98 árboles de Navidad decoran desde ayer los salones de la residencia presidencial como par- te de una tradición con varias décadas de historia. En un acto público, la primera dama, Jill Biden, será la encargada de inaugurar la temporada navideña.
El tema de este año, apuntaron los Biden en una carta escrita para conmemorar el momento, está inspirado en “cómo los niños experimentan esta temporada festiva”: “Con los sentidos encendidos, con el corazón abierto a la magia,
la maravilla y la alegría de las fiestas”. Soldaditos de plomo, bailarinas de ballet, hadas, ratones y bastoncillos de caramelo decoran los pasillos, la librería y salones como el comedor de estado, entremezclados con los retratos que cuelgan de las paredes de los 46 presidentes y sus primeras damas.
En un viaje de luces, lazos y paquetes rojos, pueblos nevados y colores pastel, los Biden quieren “alentar a los visitantes a reflexionar sobre esta época del año con el corazón abierto a la magia, las maravillas y la alegría de la temporada”.
“En esta temporada de reflexión y buena voluntad, esperamos que abraces a tu niño interior y disfrutes simplemente de estar presente con tus seres queridos”, apuntan.
Todo ello para intentar endulzar el amargo momento que vive el mandatario, cuya baja popularidad se ha visto arrastrada últimamente por el contundente apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.