Desde pequeña, Mirna Raquel Gorocica Buenfil aprendió a cocinar, ya que sus padres ofrecían comida en los festejos
Un lugar muy especial para disfrutar de la buena gastronomía yucateca, en Tekax, ciudad que aspira obtener la denominación de Pueblo Mágico, es la Cocina de Mirna, un establecimiento con 35 años de historia, con un local pintoresco, con techo de paja y cocina al estilo de las casas antiguas, con fogón y sabor a humo.
Mirna Raquel Gorocica Buenfil platicó que desde pequeña aprendió a cocinar, ya que sus padres eran los encargados de atender, durante las ferias y eventos especiales, a los toreros y a los músicos, como a la fecha sigue ocurriendo, ya que su local ubicado en la calle 55 entre 60 y 62 de la colonia San Francisco, a cinco cuadras del Palacio Municipal, por lo que es visitado por integrantes de famosos grupos como Los Super Lamas o Juniors Klan, cuando visitan la ciudad.
“Vivíamos cerca del centro, teníamos una casa larga de pura lámina, allá poniamos mesas para darle de comer a los fiesteros, preparábamos ollas de comida, todos mis hermanos y yo aprendimos a preparar comida, cuando eso tenía como 13 años”, comentó Mirna, quien en la entrevista estuvo acompañada de su hija mayor Eva Georgina Galera Gorocica.
Cuando me casé mi esposo, que era maestro, no quería que trabajara, le preocupaba que mis papas se molestaran, pero desde pequeña me ha gustado trabajar, mis hijos además de estudiar, me ayudaban cuando eran niños, a repartir tamales, panuchos y salbutes, hoy son profesionistas, tengo maestros, ingenieros, licenciados en Turismo y Administración”, dijo orgullosa.
También relató que hubo un momento en el que estuvo a punto de “colgar el mandil” y cerrar su cocina.
Ese momento difícil fue hace ya casi 13 años, cuando falleció su esposo, el maestro José Amilcar Galera, y fue gracias a los consejos de un cliente muy apreciado, el doctor David Ribón, que trabajaba en la clínica del Issste en Tekax, quien le recomendó no “colgar el mandil”, para evitar la depresión y tristeza por la pérdida.
“Le hice caso y se lo agradezco, porque esta es mi vida, me siento feliz de atender a mucha gente que durante muchos años viene a comer con nosotros, muchos agentes de ventas de botanas y panes, artistas como Pinole y hasta políticos como el diputado Victor Higo Lozano Poveda, que trajo a su esposa y sus hijos”, dijo Mirna con una sonrisa de satisfacción.
En el menú no puede faltar los lunes el típico frijol con puerco, el poc chuc, el empanizado, el queso relleno que es la especialidad de la casa, ademas del relleno negro de pavo, el escabeche, el puchero, los sabados de chocolomo y en ocasiones especiales un buen mondongo.
“Agradezco a Dios por el talento que me dio para cocinar, y por permitirme tener mucha paciencia y amor para hacer mi trabajo”, manifestó Mirna, quien comentó que a la fecha, cuenta con la ayuda de sus hijos, que a pesar de ser profesionistas, también se colocan el mandil para atender a la clientela.
Texto y fotos: Manuel Pool