Al cumplir 107 años, la Constitución de México acumula 256 reformas desde su promulgación en 1917, siendo los periodos de gobiernos divididos y alternancias los que impulsaron mayores cambios, concluyó un estudio del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
De acuerdo con el documento ‘Las reformas a la Constitución en la era de la alternancia’, elaborado por César Alejandro Giles, los cambios legales han sido una vía para responder a demandas de la sociedad, brindar sustento jurídico a los programas de gobierno de las distintas Administraciones.
Así como para establecer principios rectores del Estado y tratar de ordenar jurídicamente los complejos procesos de cambio en el país.
En su análisis, el investigador del IBD destaca que, desde su promulgación, la Constitución no ha recibido reformas a solo 19 artículos; mientras que, de los 136 que tiene la carta magna del país, 117 han sido objeto de cambios ante el parlamento.
Es por ello que la Constitución mexicana acumula 256 reformas mediante las cuales se modificaron hasta en 770 ocasiones diversos artículos.
En este contexto, inscribe al presidente Andrés Manuel López Obrador como el mandatario que ha presentado el mayor número de iniciativas en un solo acto, previo a la presentación de su último paquete de cambios constitucionales de hasta 11 propuestas de modificación este lunes, día de la Constitución. En este sentido, resalta que será “pertinente analizar los factores que inciden en el proceso político a través del cual se aprueban las reformas constitucionales, más allá de la conformación del Congreso que derive de las elecciones que se celebrarán en junio de 2024”.
Y es que, en la próxima jornada comicial de 2 de junio, la más grande de su historia, México disputará más de 20,000 cargos públicos, incluida la presidencia, 128 senadurías y 500 diputaciones.
Giles sugiere que la suerte de las iniciativas de reforma constitucional depende más de la capacidad para dialogar y convenir, “que del simple hecho que el partido en el gobierno cuente con mayorías parlamentarias”.
Detalla que la mayor parte del siglo XX, el dinamismo constitucional en el país se explicaba por la hegemonía de un solo partido político y del cual se desprendía la mayor parte de los integrantes del llamado poder revisor: el legislativo federal y local; haciendo al presidente “el único actor con posibilidades reales de impulsar cambios en el texto constitucional”.
Texto y foto: Agencias