Con 54 años de edad, la señora Rosa Marlene Cahun May no solamente está en la búsqueda común de un empleo, o en espera de que alguno de sus hijos la mantenga. “Reinventarse o morir” son su sentencia definitiva en esta nueva etapa que inició en enero pasado, pero que ya camina de forma sólida.
Doña Rosa Cahun May es una doble muestra de que cuando la voluntad es fuerte no encuentra obstáculos que se le pongan en frente. O más bien que cuando estos aparecen pueden ser superados con esfuerzo, ya que es discapacitada desde los 12 años de edad.
Voluntad forjada
“Soy discapacitada desde que tengo 12 años de edad, tengo un problema en la columna, y no cuento con el brazo izquierdo, lo que ha sido para mí desde siempre una condición natural, con la que he vivido desde siempre”, relató doña Rosa, quien emplea una prótesis para ayudarse a realizar sus actividades diarias.
-Desde muy joven he trabajado, desde los 17 años de edad, y mi condición no ha sido obstáculo para realizar mis actividades. Estoy acostumbrada a valerme por mí misma, y eso es el motor que me impulsa a seguir adelante–dijo Cahun May.
Una vocación naciente
“Cuando tenía 50 años de edad ya cumplidos, decidí luego de que mis hijos se hicieron grandes, insistir en lo que siempre me ha caracterizado, valerme por mí misma. En el 2014 acudí a un curso de oficios en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) sobre repostería.
“Fue en ese tiempo cuando descubrí mi vocación y gusto por los postres, cuando me dije a mí misma que era el momento de “renovarse o morir”, porque la intensión es la de poder desarrollar un negocio que sea sólido”.
El concepto
“La Covachería tiene por concepto central los postres y el café con y sin gluten, pero que se ofertan en un lugar donde se pueda acudir y estar en calma, y que funcione a altas horas de la noche. Que es mucho de lo que buscan las personas. Y esa necesidad la he encontrado con gente muy mayor, que quiere un lugar donde platicar, escuchar buena música con decibeles razonables, y degustar un buen postre sin sentirse culpable.
“Hoy me encuentro despachando en este negocio desde mi casa, aquí en Chuburná, y prácticamente lo hago bajo pedido, pero siempre ofreciendo postres deliciosos que además los podamos consumir sin culpa alguna”.
El Gran Reto
“Como muchos adultos mayores, no puedo decir que tengo una pensión. Simplemente no la tengo. Y en lo personal no me gusta depender de nadie, por lo que para mi es todo un reto este proyecto, y que además es el segundo motivo que me impulsa a seguir adelante, la idea de que puedo hacerlo yo misma”.
Un Impulso desde el Ayuntamiento
“Gracias a que acudí al Centro Municipal de Emprendimiento, es que puedo decir que tengo un plan concreto. Tengo un nombre y un proyecto de negocios establecido, que a diferencia de muchas ideas que surgen, es lo que le da sustento para decir que se trata de algo serio, encaminado a ser sólido.
“Ahora como ya dije estoy en el servicio con mi negocio desde mi casa, pero a lo que aspiro es poder obtener un crédito que me permita invertir para adecuar el lugar y que pueda ser un negocio con todas las de la ley”.
Mercados identificados
“Aunque podría decir que mucha gente adulta busca un lugar donde tomar un café, comer un postre sin que sienta el remordimiento de que lo resentirá su cuerpo, también tengo que reconocer que hay un mercado que me busca, y que precisamente busca esa calma, ese lugar donde pueda estar tranquilo, y disfrutar de una buena taza de café y comodidad como si estuviera en su casa.
“Curiosamente tengo muchos clientes menores a los 30 años de edad, que están buscando mis postres. Lo que yo he procurado es desde luego que sean productos de buena calidad, de buen sabor, y no caer en lo comercial. A eso le sumo un buen ambiente. Aquí pueden venir y disfrutar de ambas cosas”.
Un tercer beneficio
A la oferta de buen sabor y de buen ambiente, doña Rosa Cahun le suma y se sabe consciente de que lo que a mucha gente le preocupa el día de hoy, es el cuidado de la salud, una alimentación basada en productos naturales y menos contenido de químicos.
-Mis postres se pueden encontrar con gluten y sin gluten, porque se ha dado esta demanda, mucha gente me pregunta por el producto pero con ciertas condiciones, y nosotros buscamos satisfacer esta demanda, pero siempre ofreciendo un buen sabor. Es decir, que no porque no tenga la misma cantidad de ingredientes el consumidor piense que no sabe igual de rico– dijo.
La meta
Doña Rosa Cahun tiene claro el futuro de su idea de negocio, que lejos de ser un simple plan, comienza ya a materializarse. Aspira a obtener un crédito con el que pueda invertir en crecer, pero sobre todo, aspira y es un fuerte ejemplo de lo que una voluntad forjada desde joven puede hacer. Cualquier otra persona buscaría mil pretextos para no hacer, o para depender de alguien más. Pero para doña Rosa, la mira está puesta en esa independencia financiera, que trae con ello, una independencia moral, pero sobre todo, la gran satisfacción de ver sus sueños materializados.
Texto y fotos: Iván Duarte