La detención de Nicolás Petro Burgos, primogénito del presidente colombiano, Gustavo Petro, investigado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, sacude al país y a su Gobierno cuando todavía no ha cumplido su primer año en el poder.
Petro Burgos fue detenido ayer en Barranquilla, capital del departamento del Atlántico, del cual es diputado, por la Fiscalía, que también arrestó a su exesposa Daysuris Vásquez, quien a comienzos de año lo acusó de recibir de un narcotraficante una alta suma de dinero para la campaña del hoy presidente y de quedarse con ese dinero.
La Fiscalía informó en un comunicado que Nicolás Petro Burgos fue detenido “por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito y Daysuris del Carmen Vásquez Castro por los punibles de lavado de activos y violación de datos personales por hechos ocurridos desde 2022 a la fecha”.
Ambos fueron trasladados este sábado de Barranquilla al búnker de la Fiscalía de Bogotá, donde permanecerán a la espera de las audiencias que serán programadas por el juez.
“Como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la República aseguro que la Fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder de acuerdo a la ley”, fueron las primeras palabras de Petro tras la noticia.
Petro, que cumple el próximo 7 de agosto un año en el poder, ha tenido unos meses convulsos, en los que no han faltado los escándalos. El de su hijo ya era un caso que le había acechado, desde que la Fiscalía anunció en marzo que investigaría a Petro Burgos por un “posible lavado de activos” después de que Vásquez contara a la revista Semana que el narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias “el hombre Marlboro”, le dio “más de 600 millones de pesos (unos 153,000 dólares de hoy) para la campaña del papá” que no llegaron a su destino.
Texto y foto: Efe