El Cabildo aprueba, de manera unánime, el bando de policía y buen gobierno que entrará en vigor el viernes 1 de noviembre
OXKUTZCAB, hasta cierto punto, ha sido un pueblo sin ley y al parecer cuando se aplica, sale a relucir los viejos usos y costumbres de inconformidad de la población.
En la cabecera municipal, los negocios han gozado de la cierta bondad fiscal local por el monto de lo que pagan los comerciantes a la recaudación municipal, que incluso reciben descuentos.
En la entidad no se pagaba los permisos de construcción, los cambios de uso de suelo de residencial a comercial, no se regulaba sobre la emisión de sonidos por particulares y empresas que rebasan los decibeles permitidos, no se multa o sanciona a quienes tiran basura en la vía pública y no se aplican sanciones a propietarios que no limpian sus predios en el exterior e interior de sus propiedades.
El pasado lunes, más de un centenar de empleados realizaron un ejercicio general de limpieza para que los ciudadanos tengan la responsabilidad de limpiar sus predios de no hacerlo serían acreedores a una sanción.
Empieza un cambio radical
Todo eso ha llegado a un final ya que el día de ayer se reunió el cabildo municipal para aprobar de manera unánime el bando de policía y buen gobierno del municipio.
Después de haber sido revisado el bando de policía y gobierno entrará en vigor el viernes 1 de noviembre.
Otras disposiciones aprobados está el de establecer un centro de control animal y responsabilidades para los propietarios de las mascotas, obligaciones de los habitantes para clasificar los residuos sólidos, establecer multas a los infractores de tránsito de acuerdo a lo establecido en la ley también contempla regular el horario de venta de los expendios de bebidas alcohólicas, de tener programas sociales para evitar la mendicidad y los bebedores consuetudinarios.
El ayuntamiento plantea la responsabilidad administrativa de fomentar empleos, de aplicar programas de beneficio social, y el de seguir mejorando la infraestructura urbana de la ciudad y de sus comisarías.
Texto y foto: Bernardino Paz