Este domingo, la Iglesia católica en México conmemoró el Día del Laico, celebración dedicada a todos los bautizados que no forman parte del ministerio sacerdotal ni de la vida consagrada. De acuerdo con la jerarquía eclesiástica, los laicos están llamados a vivir su fe y alcanzar la santidad desde sus actividades cotidianas, en sus familias y en la sociedad.
El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, señaló en su homilía que los obispos del país recordaron además que el patrono de los laicos mexicanos es el beato mártir Anacleto González Flores, figura emblemática que perdió la vida durante la persecución religiosa ocurrida entre 1926 y 1929.
Anacleto González Flores, abogado y líder moral durante la rebelión cristera en el occidente del país, es reconocido por su resistencia pacífica frente al gobierno del entonces presidente Plutarco Elías Calles.
Su legado destaca por promover manifestaciones no violentas en defensa de la Iglesia católica, principalmente a través de artículos periodísticos y discursos que alentaban a los fieles a mantenerse firmes en su fe.
“Murió torturado y fusilado el 1 de abril de 1927; al militar que dirigía su tortura y fusilamiento le dedicó sus últimas palabras diciendo: ‘Perdono a usted de corazón, muy pronto nos veremos ante el tribunal divino. El mismo juez que me va a juzgar será su juez. Entonces tendrá usted, en mí, un intercesor con Dios’”, escribió Rodríguez Vega.
El arzobispo subrayó que González Flores llegó a los altares siendo abogado, y que de la misma manera pueden llegar médicos, maestros, ingenieros, arquitectos, militares y todas las personas de cualquier profesión u oficio honesto que sigan su ejemplo: un camino de lucha pacífica en defensa de la libertad religiosa y en servicio a Dios y a los demás.
Rodríguez Vega recordó que, aunque la situación del México actual es distinta a la de hace un siglo, persisten desafíos importantes.
“El pasado jueves 13 de este mes, los obispos de México hicimos un comunicado para todo el pueblo de Dios titulado ‘Iglesia en México: Memoria y Profecía. Peregrinos de Esperanza hacia el Centenario de nuestros Mártires’. Ahí decimos, entre otras cosas, que vivimos tiempos difíciles; la violencia se ha vuelto cotidiana”, expresó.
Añadió que, pese a los cambios de gobierno, el crimen organizado no ha podido ser erradicado.
“Ninguno de los dirigentes que gobierna este país ha logrado eliminar este mal. En muchas regiones, nuestra nación sigue bajo el dominio de los violentos, y no debemos tener miedo de hablar de lo que todos sabemos, pero algunos prefieren callar. Continúan los asesinatos y las desapariciones; sigue derramándose sangre inocente en nuestras calles, pueblos y ciudades”.
Mensaje en la Catedral de Mérida
En la Catedral de Mérida, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Yucatán, Pedro Sergio Mena Díaz, dirigió un mensaje a los feligreses en el que llamó a mantenerse firmes ante las adversidades y a sostener la fe incluso en los momentos más complicados.
El prelado recordó que la fortaleza espiritual es un testimonio de vida: “Vale la pena todo lo que podemos vivir como esfuerzo para que verdaderamente nuestra vida sea un testimonio como el de un mártir”.
Asimismo, señaló que la perseverancia es fundamental para quienes buscan caminar conforme a los valores cristianos.
“Son nuestros ejemplos de que hay que mantenerse firmes, aunque veamos las cosas difíciles; el Señor estará siempre con nosotros, acompañando”, sentenció.
Finalmente, Mena Díaz advirtió que el Reino de los Cielos se alcanza mediante la fe y la vivencia de la palabra cristiana.
“En el Reino de los Cielos que Dios quiere, ojalá todos estuvieran. Pero quien se resista a creer en Jesucristo, quien se resista a poner en práctica su palabra y promueva lo contrario a los valores del reino, no conseguirá ese reino”, concluyó
Texto y foto: Alejandro Ruvalcaba
