Por María Eugenia Durán Rosado
Con la finalidad de prevenir la violencia dentro y fuera de las escuelas de yucatán, recientemente se ha propuesto incluir como asignatura la Inteligencia Emocional. Sin embargo, los beneficios reportados en diversos estudios realizados en Europa y Estados Unidos en estudiantes van más allá, puesto que aquellos que poseen habilidades de inteligencia emocional tienen mayores conductas pro sociales , menor posibilidad de ausentismo y consumo de drogas y mayor conciencia de los daños y rendimiento escolar.
Si bien pareciera ser un término de moda, la Inteligencia Emocional es un concepto que ha surgido hace más de 25 años y que ha adquirido una base científica sólida y se enfoca a las relaciones interpersonales pero también al ajuste emocional y bienestar personal.
Estoy convencida de que educar las habilidades propias de la inteligencia emocional es una tarea pero también debe ser un derecho tanto para los docentes como para los estudiantes ya que permite un mejor desarrollo socioemocional.
Como estudiante del máster en Inteligencia Emocional e intervención en Salud y emociones de la Universidad Complutense de Madrid, he tenido la oportunidad de desarrollar y poner en práctica con el apoyo de tutores experimentados ; programas dirigidos a docentes y estudiantes de distintos niveles en diversas Instituciones Educativas. El éxito de éstos se manifiesta cuando se ponen en práctica las habilidades de percepción, comprensión, regulación y facilitación de las emociones tal como recomiendan los docentes del máster y expertos en esta área y referentes en España, Natalio Extremera y Pedro Fernádez Berrocal.
Educar la Inteligencia Emocional no se trata solo de proporcionar información teórica sino de ejercitar las habilidades emocionales con la asesoría de profesionales para que la persona las implemente como una “respuesta adaptativa más de su repertorio natural”.
Como docente he experimentado la necesidad de contar con conocimientos pero sobre todo con estrategias que me permitan desarrollarme y relacionarme para desempeñar mi papel y que van más allá de los conocimientos teóricos y prácticos de la profesión y que desafortunadamente no están dentro de la formación docente, por lo que creo indispensable también llevar a cabo programas enfocados en la formación de los responsables directos de la educación ,padres de familia y personal administrativo puesto que debe ser un trabajo en equipo-como se está llevando en varios países de Europa y Estados Unidos- para que los resultados sean aún mayores y mejores.
Integrar dentro de la enseñanza la asignatura de inteligencia emocional no será la panacea a todas las necesidades de la educación pero si será una gran herramienta para disminuir los casos de violencia escolar especialmente si se complementa con otros aspectos que han demostrado su eficacia en el ámbito educativo como la enseñanza de habilidades sociales , entre otros.