La inquisición y la quema de brujas

Por: Roberto A. Dorantes Sáenz

 

Una de las cosas fascinantes de la historia, es conocer la cultura, las costumbres, las creencias de cada época, el tema de la Inquisición y la brujería es un tema que despierta curiosidad, les invito a tener ese espíritu histórico que nos lleva a lugares maravillosos.

La Inquisición es un hecho histórico innegable, las brujas también lo son, que sucedió en esta época con estos dos sucesos históricos. Beatriz Comella, autora del libro La Inquisición española (Rialp, 1988; 3ª edición en noviembre 1999). Nos indica lo siguiente: “En España hubo pocos casos de brujería en comparación al resto de Europa. Fue un fenómeno más destacado entre la población bautizada de los territorios americanos, por el apego a sus ritos y tradiciones seculares. En la Península fueron desgraciadamente famosas las brujas de Zugarramurdi (Navarra) condenadas en 1610. Desde entonces se tuvo en cuenta la acertada observación de un inquisidor, para quien cuanto menos se hablara de ellas, menos casos habría; la Inquisición prefirió considerarlas personas alucinadas o enfermas”.

Un articulista español (Pato Acevedo), nos indica lo siguiente: “el fenómeno de la caza de brujas que afectó a las naciones occidentales entre los S. XVI y XVII, es uno de los más complejos episodios de la historia de nuestra cultura, tanto por la misoginia que efectivamente representó, como por el misterio que todavía rodea a sus causas, muchas de las cuales todavía esperan a ser analizadas con objetividad y sin sesgo político.

Nuevamente debemos advertir que no es nuestra intención negar los eventos dolorosos y crueles que ocurrieron en ese contexto, muchas veces cometidos por cristianos que creían actuar por celo de su fe, pero al mismo tiempo tampoco podemos sucumbir a la crítica fácil de personas que vivieron en otra época, en un contexto cuyos detalles en su mayoría no nos resultan evidentes”.

Cuando existe una organización como la Iglesia, que ha existido por casi dos milenios ya, y conformada casi exclusivamente por pecadores, es muy fácil apuntar el dedo a los cristianos que han vivido en tiempos como los de la caza de brujas y decir “ese es el verdadero rostro del cristianismo”, pero eso no significa que sea verdad.

En otras religiones, llegado este punto tendríamos una discusión de sordos, donde cada uno tendría que formarse su personal opinión respecto a cuál es la “doctrina verdadera”, porque no hay una autoridad central que pueda decir “esta es la posición oficial”. Tratándose del cristianismo, en cambio, tenemos la institución del Papado, que a lo largo de estos dos mil años, ha producido una abundante literatura magisterial en las más diversas materias. Esto nos permite explorar la cuestión acerca de lo que ha dicho la Iglesia sobre las brujas, y si esa enseñanza efectivamente permite acusarla de misógina.

Otra cuestión espinosa que suscita la Inquisición es el número de víctimas ¿es posible saber cuántas fueron? La Inquisición tuvo una larga vida en España: se instauró en 1242 y no fue abolida formalmente hasta 1834 durante la regencia de María Cristina. Sin embargo, su actuación más intensa se registra entre 1478 y 1700, es decir, durante el gobierno de los Reyes Católicos y los Austrias. En cierto sentido no se puede calcular el número de personas afectadas por la Inquisición: la migración forzosa de millares de judíos y moriscos; la deshonra familiar que comportaba una acusación del tribunal durante varias generaciones; la obsesión colectiva por la limpieza de sangre, lo hacen imposible.

Respecto al número de ajusticiados no hay datos definitivos porque hasta ahora no se han podido estudiar todas las causas conservadas en archivos. Aunque parciales, son más próximos a la realidad los estudios realizados por los profesores Heningsen y Contreras sobre 50 mil  causas abiertas entre 1540 y 1700: concluyen que fueron quemadas mil 346 personas, el 1.9% de los juzgados. Es posible, aunque la cifra no sea definitiva, que los ajusticiados a lo largo de la historia del tribunal fueran unos 5 mil. Afortunadamente, el cristianismo, a diferencia de las ideologías, tiene siempre una doctrina buena, cierta y definitiva que le permite rectificar los errores prácticos en los que pueden incurrir algunos de sus miembros: el Evangelio.

Todo esto puede espantarnos, pero cada época es juzgada por las generaciones futuras, lo que hoy vivimos el día de mañana será historia, se quemaron mil 346 personas en esta época de la edad media y que sucedió en la primera guerra mundial que dejó más de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles perdieron la vida, ¿por qué este suceso de la humanidad no es tan señalado como lo fue la Inquisición?…

 

 

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