La Inteligencia Artificial, en ruta a ser un socio colaborador en 2026

El año 2025 marcó un punto de inflexión en la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la vida cotidiana y profesional. Se convirtió en una herramienta fundamental en diversos sectores, impulsando avances revolucionarios en salud, productividad y ciberseguridad. Sin embargo, su crecimiento también generó un debate global sobre su ética y regulación.

Para 2026, se espera que la inteligencia artificial (IA) evolucione de ser una herramienta a convertirse en un socio digital que promueve la creatividad, la productividad y la investigación científica, al mismo tiempo que transforma sectores clave como la salud, el desarrollo de software o la seguridad.

Al respecto, Vasu Jakkal, vicepresidenta corporativa de Microsoft Security, indica que, a medida que las organizaciones recurran cada vez más a estos agentes en sus tareas y procesos de toma de decisiones, construir confianza en torno a ellos será fundamental y cada agente deberá contar con protecciones equiparables a las de cualquier empleado.

En este sentido, recalca que la seguridad pasará a ser omnipresente, autónoma e integrada, no un complemento que se añade posteriormente. Mientras los atacantes encuentren nuevos usos de la IA para perfeccionar sus ofensivas, los mecanismos defensivos se apoyarán en agentes de seguridad capaces de detectar y responder a las amenazas con una gran rapidez.

Por otra parte, en 2026 la IA se convertirá en el eje central de la investigación científica, los modelos no solo responderán preguntas, sino que generarán hipótesis, controlarán experimentos y actuarán como auténticos asistentes de laboratorio. De esta manera, la IA no se limitará solo a resumir artículos, responder preguntas o redactar informes, sino que participará activamente en el proceso de descubrimiento en física, química y biología.

Este cambio está dando paso a un mundo donde cada científico podría contar con un asistente de laboratorio basado en IA capaz de proponer nuevos experimentos e, incluso, ejecutar parte de ellos.

De esta forma, la IA generativa continuará avanzando, permitiendo la creación de imágenes y contenido superrealista, traducciones de idiomas más precisas, y acelerando el diseño de nuevos materiales y tratamientos médicos.

Las tendencias clave para 2026 incluyen, además, una adopción empresarial masiva, bajo el entendido de que obtendrán mayores beneficios aquellas compañías que capaciten a sus equipos y combinen la IA con el juicio humano.

También será en el año que está por iniciar la integración de la Inteligencia artificial con otras tecnologías como la robótica y la nube híbrida

A medida que la IA se integre más, 2026 será un año crucial para que gobiernos y empresas evalúen de cerca su impacto en la productividad y la evolución del mercado laboral, lo que podría incluir la sustitución de ciertos trabajos.

Texto y fotos: Manuel Pool