La magia de Jacqueline

Mary Carmen Rosado Mota

@mary_rosmot

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Para algunas personas es Lizbeth, para otras Jaqueline y para un país entero la “maga”, porque hablar de Ovalle es maravillarse con un talento natural, pulcro y de gran calidad, casi como si su estilo de juego pareciera arte de magia, pero, nada más lejos de la realidad. Si algo hemos aprendido de esta futbolista mexicana es que, la belleza del futbol está en la preparación.

Nacida en Aguascalientes en octubre de 1999, Jaqueline inició desde pequeña su andar en el futbol pasando el tiempo con sus hermanos, después comenzó a practicarlo de manera regular y acudir a torneos infantiles. A principios de los 2000, sí había campeonatos regionales y nacionales de futbol base que contemplaban la participación de niños y niñas, aunque no había un futuro profesional en este deporte, sí estaba el anhelo de integrar la selección nacional de México y así fue como una muy joven Ovalle vistió, por primera vez, la camiseta nacional.

En marzo de 2016 disputó con la selección mexicana sub-17 el Campeonato de la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), donde consiguieron llegar hasta la final disputada ante Estados Unidos. Si bien, en aquella ocasión, no pudieron quedarse con el título, sí se había conseguido el objetivo de clasificar a la Copa del mundo de su categoría. Unos meses más tarde, en septiembre del mismo año, Jaqueline estaba viajando hasta Jordania para encarar este importante torneo junto con sus compañeras de selección.

La selección tricolor logró el liderato del grupo A en aquella Copa, pero no pudieron derrotar a Venezuela en el partido de cuartos de final y concluyeron con su participación. Tanto en el mundial, como en el torneo de la confederación, Lizbeth había destacado, anotó un par de goles en ambos campeonatos y mostrada una gran determinación pese a su corta edad. A finales de ese año tan significativo, un anunció sacudió el futbol en nuestro país: la Liga MX Femenil ya era una realidad.

Así que, un año más tarde, a sus 18 años, Ovalle se convirtió en jugadora de Tigres Femenil y la magia surgió. ¿Cómo definir el paso de esta futbolista por las amazonas? Cualquier adjetivo se quedaría corto o quizá no sería lo suficiente para nombrar una carrera extraordinaria. 6 títulos de liga, 3 trofeos campeonas de campeonas, 10 finales disputadas, 136 goles anotados que la convierten en la máxima goleadora de su club. Un palmarés que desearía cualquier persona que le guste este deporte.

El pasado viernes disputó su último partido como jugadora de nuestra liga, fue el duelo de estrellas, no podría ser de otra forma. Su próximo destino está en la Liga de Estados Unidos y lo ha hecho por la puerta grande, estableciendo récord como el fichaje más caro en el futbol femenino a nivel mundial. Ni siquiera podemos empezar a dimensionar lo que representa este logro para una mujer futbolista mexicana, pero, por lo pronto, seguiremos anhelando que esa magia brille por muchas temporadas más.