Existen dos opciones y el interesado puede ingresarse durante un semestre o asistir a las sesiones, aunque depende del grado de adicción que presente
El arranque de año propicia que las personas se fijen metas y esto hasta se refleja en los grupos de rehabilitación y anexos donde, por lo menos, en el Grupo Jóvenes Mérida de Alcohólicos Anónimos, ubicado por el parque de La Mejorada han acudido tres personas con la intención que en este año sean sobrios.
El encargado del albergue, Édgar (por reglamento no se proporciona su nombre completo), indicó que actualmente son ocho personas las que se han sometido al programa internándose, donde tres son nuevos.
Agregó que el principio de año es ideal para nuevas metas, así como los gimnasios registran más personas, o los inmuebles también suele darse esto.
“Se puede decir que alrededor de un 50 por ciento de las personas que ingresa se rehabilita. Hay dos opciones: el de ingresarse, que es un semestre y la otra asistir a las sesiones, dependerá el grado de adicción que tenga la persona”, explicó.
Señaló que en los últimos años ha aumentado notoriamente el consumo de cristal, que esto se debe a que es económico, pero es sumamente adictivo.
Recordó que él lleva 13 años rehabilitado y él consumía marihuana, cocaína y piedra, en ese entonces ésta era la más dañina, pero el cristal es muy agresivo.
“Llegué acá gracias a mi papá que vio un anuncio y no dudó en traerme, estaba muy mal, perdía constantemente los trabajos, fue un año el que estuve internado”, mencionó.
Cuestionado sobre el método que puede ser resultar hasta agresivo para los adictos, apuntó que es probable que se de en contados anexos porque permiten el ingreso de personas que están bajo los efectos, acá tienen que estar sobrios.
“Proporcionamos un expediente clínico. Contamos con supervisiones sanitarias por lo que no pueden agredir a los internos, hay crisis por la abstinencia, pero hay padrinos con mucha experiencia para superar esto”, dijo.
El grupo cuenta con 32 años de experiencia y cientos de jóvenes han logrado salir del infierno que resulta el alcohol y las drogas.
Aseveró que los servicios que prestan son gratuitos, que se mantienen con donaciones de los “padrinos”, es decir, de personas que han estado en ese lugar.
Como se sabe, hay anexos que se cobran y son de puertas cerradas, es decir, los familiares quedan incomunicados con el paciente, ellos no, las puertas están abiertas.
“Esto también el paciente tiene que estar convencido de querer dejarlo porque puede descuidarlos y salirse y no se le obliga a estar”, concluyó.
Para mayores informes pueden comunicarse a los teléfonos 9991 72 85 59 y 9999 24 96 90.
Texto y foto: Darwin Ail