Mario Barghomz
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Al parecer; Biu Chul Han y ahora Han Kang (Premio Nobel de Literatura 2024) se han convertido en los principales referentes del nuevo pensamiento en el mundo. Tanto la Filosofía como la Literatura, desde Homero y Tales de Mileto, siempre han sido las directrices del desarrollo y la evolución de nuestra humanidad.
Y hoy, así como antes en Europa, Norteamérica y buena parte de los países del antiguo régimen soviético (semillero de escritores, dramaturgos, músicos y bailarines (ahí nació, por cierto, con Constantin Stanislavski, el famoso método de actuación del “Actor Studio” de Nueva York, con lo que tantos actores como Al Pacino y Robert De Niro son lo que son hoy), le toca a Corea del Sur, considerada además una de las actuales potencias tecnológicas y económicas más prominentes; mostrar lo que hay en el corazón y la mente de su raza a través de estos juicios filosófico-literarios, que postulan la percepción y visión humanas de su parte del mundo.
Como filósofo (me gusta a mí llamarle el Ed Sheeran de la filosofía, una especie de rock star) Chul Han ha tomado desde su residencia en Alemania, el protagonismo actual de un territorio filosófico cada vez menos transitado, con libros como las “No cosas” y “El espíritu de la esperanza” que nos permiten volver a pensar, reflexionar y sentir acerca del sentido del mundo donde nos movemos y la existencia de la que no siempre somos conscientes.
Pero ahora es el turno de Han Kang, escritora Sur Coreana de 56 años, a quien la Academia Sueca ha distinguido con el Premio Nobel de Literatura 2024. El reconocimiento, como siempre en estos últimos años, se ha saltado todas las expectativas esperadas. La academia ha considerado que Han Kang refleja a través de su literatura “una intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”.
Comento uno de sus libros editados en español que parece cumplir lo que la Academia ha considerado acerca de la fragilidad humana. Me refiero a “La vegetariana”, novela editada en su lengua nativa en 2007 y traducida al inglés en 2015, que ganó también en 2016 el premio Man Booker Internacional.
La vegetariana” es una narración “tríptica” (contada en tres partes) que evoca el trastorno de una mujer que ha dejado de comer carne, situación que la aleja de su familia y de sus relaciones más íntimas. El mundo de su personaje protagónico (Yeonghye) se desmorona ante la mirada y el desconcierto de los otros, que ven en ella el desmedido trastorno no sólo físico sino mental de una mujer maniática que encontrará su destino sólo al final de haber perdido todo contacto con los otros.
Depresiva y esquizofrénica (sin duda señales de un mundo en el que muchos viven) Yeonghye es el reflejo del trauma y el miedo, del desapego y la desvinculación constantes de su propia familia que paulatinamente deja de reconocerla. Quizá fue su padre (un hombre iracundo y demandante) el origen de su TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático) al haberle hecho tragar de niña la carne de un perro sacrificado por haberla mordido.
“En qué tiempo y espacio andará el alma de Yeonghye” -llega a decir su hermana ya en el final de la novela-. Como en el final de nuestra propia vida si llegamos a considerar las similitudes de cada una de las patologías que nos cuenta a través de sus personajes Han Kang. Vidas humanas que a través de su fragilidad se van desvelando en el tiempo, su espacio y su propia circunstancia.
La historia de Han, quitando lo tenebroso de su fantasía excedida, es la historia de muchos en el mundo real; la del padre, la hermana, el esposo y el cuñado en el universo multidimensional en el que nos desenvolvemos. Una historia definitivamente humana que parece transgredir la propia naturaleza y facultades de lo humano, ante las circunstancias que parecen rebasar amor, promesas, responsabilidad y lealtades imposibles de sostener o cumplir cuando el cuerpo, la emoción y la mente dejan de pertenecer a lo “normal” para enfermar de alucinaciones y manías fuera de todo control y posibilidad ante los mismos dilemas de una mente trastornada.