A través del sistema Soul Symphonics, la especialista Milagros Arjona Brito ayuda a sus pacientes a restablecer su equilibrio físico, mental y espiritual
El sistema “Soul Symphonics” es una terapia alternativa enfocada en restablecer el equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. Es la unión de la psicoterapia y la música como herramienta para realizar un trabajo de liberación emocional, generando en la persona un cambio interior y exterior, explicó la psicóloga Milagros Xiomara Arjona Brito, quien tiene tres años aplicando dicho tratamiento.
La especialista indicó que la terapia está dirigida a personas de 18 años en adelante, pero son los de 30 años los que más la toman, por el nivel de estrés laboral que presentan y por sus problemas existenciales.
“Este es un sistema innovador que te ayuda a eliminar emociones negativas acumuladas en el transcurso de tu vida, te ayuda a ordenar ideas, pensamientos para dejar de sentirte fracasado, triste, deprimido, enojado y muchas veces sin ánimos de vivir”, resaltó.
La herramienta principal que se utiliza en esta terapia es la biomúsica de alta frecuencia vibratoria, a través de la cual se liberan los bloqueos energéticos de las cargas emocionales acumuladas con el paso del tiempo.
A través de la vibración de la música y el estado de relajación al que se llega, las personas pueden acceder a los diferentes archivos conscientes y/o inconscientes, y de esta manera poder resolver las frustraciones y conflictos emocionales almacenados durante toda su vida.
“Con el Sistema Soul Symphonics el paciente podrá entender el origen de sus miedos, confusiones, apegos, etc., así como de sus heridas emocionales, pudiendo sanarlas y recobrar la energía vital que circula en el ser humano, necesaria para la reconexión con el amor”, subrayó.
Destacó que a pesar de que esta terapia no la realiza en niños, esta podría aplicarse en escuelas, para que los menores puedan relajarse y mejorar su aprendizaje, pues se ha demostrado que cuando los niños están en un ambiente agradable y armónico se concentran más.
Texto y fotos: Georgina Bacelis