CIUDAD DE MÉXICO.-
La OCDE rebajó ayer las expectativas de crecimiento de la economía mexicana para lo que resta de este año y 2017, en un contexto marcado por la incertidumbre sobre la política de Estados Unidos tras el triunfo de Donald Trump como presidente.
En su informe semestral de perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indicó que el alza del Producto Interior Bruto (PIB) mexicano se quedará este año en el 2.2 %, cuatro décimas menos de lo que calculaba en el mes de junio, y en el 2.3 % en 2017, lo que representa siete décimas menos.
Para 2018, la progresión será del 2.4 %, según la organización, que reconoció que pese a que México se beneficiará de una demanda más fuerte de Estados Unidos, también se verá afectada por los posibles reveses que vengan por parte de su presidente electo, entre los que se ha mencionado la posible modificación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Los autores del informe insistieron en la “resistencia” que ha mostrado la economía mexicana pese a los “severos choques externos”, entre los que destaca el hundimiento de los precios del petróleo -que ha disminuido los ingresos públicos-, el descenso de la inversión en el sector energético y la devaluación del peso ante la previsible subida de tipos de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED). El principal vector del crecimiento está siendo y va a seguir siendo la demanda interna, y eso lo ponen a cuenta del resultado de “las recientes reformas estructurales” que han abaratado los precios, en particular de la electricidad y las telecomunicaciones. Otros elementos positivos para esa demanda interna son la expansión del crédito, la revalorización de los salarios reales, la mejora del empleo (la tasa de paro cae hasta el 3.9 % este año, antes de repuntar al 4.1 % en 2017 y 2018) y las remesas que llegan del exterior.
– Excélsior