La OTAN aseguró ayer que no hay aliados “de primera o segunda clase” como cree que sugiere Rusia con su propuesta de retirada de Bulgaria y Rumanía de las fuerzas extranjeras, en plena tensión por la acumulación de tropas que lleva a cabo Moscú junto a la frontera ucraniana.
“Las demandas de Rusia crearían miembros de la OTAN de primera y segunda clase, algo que no podemos aceptar”, indicó en un mensaje a la prensa la portavoz aliada, Oana Lungescu.
Dejó claro que la OTAN “no renunciará a nuestra capacidad de protegernos y defendernos mutuamente, incluyendo con la presencia de tropas en la parte oriental de la Alianza”.
“Rechazamos cualquier idea de esferas de influencia en Europa”, dijo, y aseguró que “siempre responderemos a cualquier deterioro de nuestro entorno de seguridad, incluyendo a través de reforzar nuestra defensa colectiva”.
Lungescu afirmó que la OTAN se mantiene “vigilante” y que “continúa evaluando la necesidad de reforzar la parte este de nuestra Alianza”.
Rusia pidió ayer la retirada de las fuerzas extranjeras y de su armamento de Bulgaria y Rumanía, punto incluido en las garantías de seguridad que exige Moscú para evitar la expansión de la OTAN y el emplazamiento de armas ofensivas cerca de sus fronteras.
Por su parte, Bulgaria instó a Moscú a que respete el hecho de que es miembro de la OTAN.
Por otro lado, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, subrayó el viernes al presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky, que la Unión Europea está “firmemente” del lado de su país, frente a la amenaza rusa, y que está dispuesta a aumentar su ayuda financiera y reforzar la asociación energética.
Texto y foto: EFE