La pasión de Cristo se vivió en Yucatán

En Acanceh, que es considerada como la Pequeña Iztapalapa, se llevó a cabo la edición número 43 del viacrucis organizado por el grupo cultural y parroquial Renacimiento, pero también hubo actividad en Baca, Seyé y hasta el penal meridano, además de la Parroquia de Cristo Rey en Pacabtún

En Yucatán, la pasión de Cristo se vivió con intensidad; miles de fieles salieron a las calles para presenciar el recorrido de Jesucristo hacia el calvario. Acanceh, Baca, Seyé y hasta el penal meridano, además de la Parroquia de Cristo Rey en Pacabtún, se convirtieron en escenarios en los que se recreó la crucifixión del Mesías.

En Acanceh, que es considerada como la “Pequeña Iztapalapa en Yucatán”, se llevó a cabo la edición número 43 del viacrucis organizado por el grupo cultural y parroquial Renacimiento, que registró una asistencia superior a las 5000 personas

Por octava ocasión, el joven Andrés Medina Chalé dio vida a Jesús en esta representación que tiene un atractivo especial, ya que la crucifixión se realiza al pie de la pirámide maya de los Mascarones, que una vez más, se convirtió en Monte Calvario.

Desde antes del mediodía la Plaza Principal y los alrededores estaban completamente abarrotados, y los vendedores de agua, granizados, bolis, paletas y hasta sombrillas tuvieron muy buena aceptación por parte del público, mientras que, en el mercado, los puestos de comida lucieron con muy buena afluencia de comensales.

Al medio día iniciaron los juicios de Jesús, primero ante Poncio Pilatos y luego ante Herodes. La angustia se dibujaba en la cara de quienes observaron el momento en el que el Nazareno era azotado por los soldados romanos que lo despojaron de sus vestimentas y le colocaron la corona de espinas para luego hacerle cargar su pesada cruz con rumbo hacia el monte Golgota.

Y mientras Andrés, personificando a Jesucristo, realizaba el recorrido por las estaciones dispuestas en las calles aledañas a la plaza principal, en uno de los costados de este lugar, los pequeñitos se acercaban para conocer y tocar al par de caballitos que estaban preparados para tirar de un carrito que intervino en un pasaje de la representación.

El calor apretaba cada vez más y Jesucristo caía por tercera ocasión sobre el pavimento caliente, mientras que las mujeres lo rodeaban para tratar de ayudarle en su camino rumbo al Calvario, donde, en medio Dimas y Gestas, momentos antes de las tres de la tarde, después pronunciar Las Siete Palabras, expiró.

El realismo con el que se realiza este viacrucis, sin duda lo ha convertido en un atractivo turístico, y este viernes hasta Acanceh, que es conocida como la “pequeña Iztapalapa”, llegaron habitantes de poblaciones circunvecinas, visitantes nacionales y algunos extranjeros que tomaron fotos y videos a lo largo de la representación.

En Baca, otro de los municipios en los que el Viacrucis Viviente es toda una tradición, durante la representación número 45 de la pasión y muerte de Cristo, cientos de feligreses presenciaron como Poncio Pilatos pidió la libertad de Jesús, ante un pueblo que exigía la muerte del Nazareno, donde Caifás le advertía que si no lo crucificaba se haría su cómplice.

Herodes “El Grande” se cansó de pedirle a Jesús un milagro, le pidió que convierta la piedra en pan, y el agua en vino, gritándole y burlándose de Jesús, así es que le llamó farsante antes de regresarlo a Poncio Pilatos, quien ordenó darle 18 azotes y colocarle la corona de espinas y su manto purpura. Mientras se lavaba las manos, Pilato les dijo a los judíos: “Tomo al cielo por testigo que soy inocente de la muerte de este justo, Jesús de Nazaret irás a la cruz”.  

Durante la calurosa jornada en la que la sombra de los árboles fue insuficiente para proteger del sol a los asistentes, Jesús empezó su recorrido por las principales calles de Baca, cargando una cruz de más de 90 kilogramos.  

Imágenes conmovedoras se apreciaron durante el viacrucis viviente y una de ellas fue en la cuarta estación, donde Jesús se encontró con María, su madre, quien lloraba por su hijo Jesús con tanto dolor y dramatismo que lograron conmover y poner las emociones a flor de piel de los feligreses.

La Verónica fue la que limpió el rostro de Jesús con un paño, dejando impreso en él el Santo Rostro de Jesús mientras gritaba: “¡Es un milagro!”. Finalmente, el recorrido terminó al llegar al atrio de la iglesia de la Virgen de la Purísima Concepción, donde Cristo fue crucificado al lado de Dimas y Gestas exclamando: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

En Seyé, se cumplieron 14 años de escenificar la pasión de Cristo a cargo de integrantes de la parroquia de San Bartolomé Apóstol. En esta ocasión fueron alrededor de 35 personas que participaron en las representaciones bíblicas de semana Santa. Andrés Romero Yah, de 18 años, representó el papel de Cristo, mientras que la joven Carla Keb Tún de 21 años dio vida a María.

REVIVEN LA PASION DE CRISTO EN EL CERESO DE MÉRIDA

En el Centro de Readaptación Social de Mérida desde hace más de 25 años, los internos participan en la representación del Viacrucis y este viernes tocó el turno a Eulogio C. M. representar a Jesús.

Después de 3 meses de ensayos en los que contaron con el acompañamiento de la pastoral penitenciaria y del párroco de la iglesia del Cereso, ayer, ante la presencia de muchos de sus familiares, en punto de las 10 de la mañana, comenzó la representación con la participación de 50 internos.

Los rayos del sol comenzaron a cobrar fuerza, pero el actor principal, que en su brazo izquierdo porta un tatuaje de Cristo, sacaba fuerzas de flaqueza a pesar de lo caliente que se encontraba el piso y que le quemaba el cuerpo y las manos, en cada una de las tres caídas.

Eulogio fue conducido a través de los pasillos, canchas y módulos del centro de reinserción social de Mérida con rumbo al Calvario, donde teniendo como escenario la torre de vigilancia, fue crucificado mientras María, cuyo papel fue representado por una integrante de la pastoral penitenciaria, lloraba desconsoladamente.

El Viacrucis, al igual que las actividades de la Semana Santa, se ha vuelto una tradición entre la población penitenciaria que espera estas fechas para participar y renovar su fe.

En la parroquia de Cristo Rey, en Pacabtún, como hace más de 30 años, se realizó el viacrucis, evento al que asistieron más de 2,500 personas. Al respecto, el presbítero Juan Pablo Moo Garrido comentó que en esta ocasión participaron en la escenificación más de 50 personas en la además del staff.

Julián Lugo, quien interpretó a Jesús, visiblemente emocionado comentó que esta es su quinta participación en el viacrucis, pero es la primera en que interpreta a Jesús, lo cual es muy significativo para él.

“Realmente es una gran responsabilidad, enmarca la cúspide de la Semana Santa, es una pequeña declaración de fe, de que el mundo gira, pero la cruz sigue firme, me preparé físicamente, en el gym y fuerza para cargar la cruz que pesa unos 45 kilos, pero principalmente en la parte espiritual, acompañado del párroco y leyendo las escrituras”, puntualizó.

Texto y fotos: Manuel Pool