La Pequeña Susana de la Alemán, rincón con el sabor y tradición de la comida regional

Para la familia Herrera no hay mayor satisfacción de que la gente se vaya contenta y por ello cuida todos los detalles de los alimentos que se ofrecen a los comensales que los distinguen con su preferencia

En 1961, a un costado de la Iglesia de Kanasín, se instaló un puesto de refrescos al que don Luís Herrera, en honor a su hijita bautizó como “La Pequeña Susana”. Allí primero vendía helados y refrescos, luego panuchos, y ese fue el inicio de una gran historia que a la fecha continúan un hijo y el nieto de quien fuera el fundador de la inolvidable “La Susana Internacional”, que cerró sus puertas hace dos años.

En amena plática, Nancy Herrera Bojórquez, nuera de Luis Herrera, nos platicó que hace 19 años, su esposo Luis Herrera Rejón, decidió independizarse de su padre y abrió en la calle 26 por 17 y 19 de la colonia Alemán de Mérida el restaurante la “Pequeña Susana”, retomando el nombre de aquel puestecito que funcionó hasta 1967 y que luego se mudó a unas calles donde ya como “La Susana Internacional” alcanzó fama por el sabor de su comida y el tamaño de los panuchos y salbutes, del diámetro de un plato.

Ambas cosas se conservan en la Pequeña Susana, lugar que ha construido paso a paso su propia historia, algo que dice Nancy, no ha sido fácil, pero que ha valido la pena.

“Hoy la gente nos hace publicidad de boca en boca y gracias a esas recomendaciones hemos tenido el gusto de haber atendido a una gran cantidad de artistas y políticos que cuando llegan a Mérida y quieren probar la comida tradicional yucateca, sus amigos o familiares los traen con nosotros”, explica mientras muestra una pared llena de fotografías que rememoran las visita de los famosos, entre los que no puede faltar don Armando Manzanero cuyo platillo favorito era la sopa de Lima.

Las empanadas de queso de bola y chaya, son otro de los platillos que no hay que perderse en este lugar donde se sirve un caldo de pavo que según explica doña Nancy agarra un sabor sin igual por el tamaño de las ollas que se preparan.

“Acá diariamente preparamos 11 o 12 pavos, y gracias a Dios, todo se vende”, comenta.

Para la familia Herrera, no hay mayor satisfacción que la gente se vaya contenta y por ello cuidan todos los detalles, y como por ejemplo de esto hay que recalcar que Doña Nancy es la encargada de moler el arroz y la canela para que tenga ese sabor tan exquisito al igual que el Queso Napolitano; el flan y el dulce de papaya con queso de bola o ciricote que están muy sabrosos.

“Vino a comer una señora que ganó un concurso de postres y después que probó el queso Napolitano me felicitó, y eso es muy bonito, me da mucho gusto que la gente se vaya contenta después de comer nuestra comida que preparamos con los mejores ingredientes, les damos calidad y tradición, y eso les gusta y lo aprecian”, destaca la entrevista quien nos mostró con orgullo un mural con varias fotografías en las que aparecen en su visita a La Pequeña Susana artistas como Edgar Vivar, músicos y bandas como la Trakalosa y comunicadores como Carlos Loret de Mola, cuya mamá es cliente frecuente como lo fue don Armando Manzanero.

Finalmente, doña Nancy, nos explica que en este local de la avenida Alemán, trabaja con su hija Giselle, mientras que su esposo Luis Herrera Rejón y su hijo Alejandro desde hace 11 años abrieron una sucursal en la avenida Francisco de Montejo. Ambos establecimientos trabajan todos los días en horario de dos de la tarde a once de la noche y ofrecen servicio a domicilio a través de plataforma.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel