Ángel Canul Escalante
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Hay quienes creen que en redes sociales se puede hacer política. Nada más alejado de la realidad. Puede haber manipulación, uno puede hacerse conocido o incluso cabe la posibilidad de desprestigiar algún contrincante.
Si uno considera eso política las redes sociales son para él. Pero las verdaderas discusiones sobre el rumbo de la sociedad nunca se han dado en algún muro de Facebook. Aquel momento de la historia donde los maestros eran militantes e incidian en juventudes para que estás decidan ser parte de algún movimiento revolucionario, ha quedado atrás.
La reciente baja de la carrera presidencial de Samuel García evidenció lo anterior. Con redes sociales no basta. Quizá puede influir en cierta medida para ganar unos votos pero no para hacer proyecto ni para gobernar.
Habría que ser muy ingenuo para creer que esa campaña tenía futuro en estos momentos. Algunos hablan sobre tenerlos en la mira. Su reto de ellos será construirse como una alternativa viable y que ofrezca algo más allá de ser simplemente contraria al gobierno actual. No basta con narrativas, es necesario un conjunto de propuestas e ideas claras. No obstante, parece que aquello sigue estando lejos de su capacidad. Seguirán enfocándose en las redes. El votante tiene la responsabilidad de no dejarse llevar por discursos vacíos que no son más que caras bonitas. Por su parte, la izquierda debe recordar que si en algún momento se engañó al pueblo mexicano con Peña Nieto, es posible hacerlo de nuevo.