La llegada de Germán Martínez Cázares a las filas de Morena, y posteriormente, al Gobierno Federal para encabezar el IMSS fue, hasta cierto punto, sorpresiva.
El político, como muchos recordarán, había fungido como uno de los más cercanos colaboradores del expresidente Calderón y presidió, ni más ni menos, que el Partido Acción Nacional por cerca de año y medio.
Fue (¿o sigue siendo?) un personaje de derecha que se unió a los vientos de cambio de la cuarta transformación del presidente López Obrador.
Sin embargo, más allá de diferencias ideológicas, los dardos lanzados por el ex panista son un llamado de atención al cual darle seguimiento ante las precarias condiciones de la salud que persisten el país.
Así, aunque el Presidente prometió un sistema de salud semejante al de países del Primer Mundo, el ahora ex titular del IMSS denunció esencialmente que se sigue el camino contrario al sostener que se mantienen los recortes al presupuesto de una institución de la cual dependen los sectores más vulnerables del país.
La salida de Martínez Cázares de esta institución debe llevarnos a corroborar si su denuncia es cierta: ¿se está debilitando el presupuesto del IMSS?
Si no es así, entonces, ¿cuál es el plan de acción para resolver sus retos y ampliar y mejorar la atención de pacientes? ¿Cuándo llegará la gran reforma que renueve a la Institución?
Es tiempo de ver a un Seguro Social más fuerte que nunca para comenzar a probar que se ha acabado con ese neoliberalismo que el Presidente ha jurado erradicar, pero que, de acuerdo con Martínez Cázares, sigue más vivo que nunca en los pasillos de la institución a partir de los recortes que se siguen padeciendo.
