La principal

Hace algunas semanas, el mundo se rasgó las vestiduras ante el incendio que sufrió el Museo Nacional de Brasil. No era para menos. Colecciones enteras de geología, botánica y arqueología se perdieron en cenizas. Poco podrá salvarse. En la tierra del Amazonas, el pasado vivió una tragedia de descuidos en la posmodernidad del presente.

Toda proporción guardada, la caída del techo de una iglesia colonial del siglo XVIII en el poblado de Nabalam, municipio de Temozón, es también una pequeña tragedia, una dolorosa pérdida que pudo evitarse, de acuerdo con las versiones de los propios pobladores.

Ciertamente, en un estado como Yucatán, donde la pobreza sigue estrujando corazones, pero sobre todo estómagos, en una entidad donde hay problemas más serios como para preocuparse de la humedad en el techo de una iglesia, parece trivial y hasta frívolo dedicarle un espacio a un suceso como éste.

No obstante, ¿qué hubiese ocurrido si esto pasaba hace un mes, cuando se celebraban las fiestas patronales y este templo convocó multitudes? Más importante parece preguntarnos: ¿cuál es el estado de otras tantísimas capillas y templos parroquiales que son escenarios por demás concurrido por miles de yucatecos?

La dura realidad local y nacional impide prestarle la debida atención a la eficiencia y capacidad de una autoridad como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sabemos de las eternas carencias que suelen denunciar. Son un lugar común.

Sin embargo, hace falta conocer a fondo la situación de dicha dependencia federal para saber qué tanta falta de voluntad ha mediado siquiera para advertir de riesgos semejantes al de Nabalam.

Esta vez ya no se trata únicamente del pasado, cuya innegable importancia es razón suficiente para ponerse a trabajar de manera incansable.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *