El cargo de director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas le duró muy poco a Pablo Duarte Sánchez. Es más, creemos que ni siquiera cobró su primera quincena.
En un caso para la araña, ayer el Gobierno Federal decidió remover de su cargo al dirigente eterno de la Unorca y colocar en su lugar a Domitilo Carbaño Cámara, quien fuera alcalde de Akil cuando era panista y que además fue suplente de Joaquín Díaz Mena cuando pidió licencia como diputado federal.
La pregunta es: ¿por qué de esta decisión tan intempestiva?
Punto Medio informó de manera oportuna que Duarte Sánchez era criticado porque no se había parado ni una sola vez en las oficinas de la dependencia porque se la pasaba atendiendo otros asuntos de la Unorca y que eso tenía sorprendidos a varios.
¿Será que internamente la grilla hizo su trabajo y Joaquín Díaz Mena aprovechó estos comentarios para que fuera removido de su cargo? O ¿acaso tendrá otra encomienda en un futuro y por eso sería este movimiento?
Son muchas preguntas, pero lo que nos queda claro es que esto fue un verdadero ridículo. Poner un funcionario para removerlo a las dos semanas es una tomadura de pelo para los ciudadanos.
Por favor señores sean serios. Con los pueblos indígenas no se juega…