La Principal

Ayer se dio uno de los acontecimientos más importantes de la última década con la votación para decidir si en Yucatán se aprobaba o no el matrimonio igualitario.

Decimos que se trató de uno de los momentos más importantes, ya que es un tema que divide a la sociedad y la polariza con opiniones a favor o en contra. Además, es algo que se ha venido cocinando desde hace 10 años y que mientras más se retrasaba su discusión en el Congreso del Estado, más presión llegaba por parte de la sociedad civil.

Es por tal motivo, debido a la importancia que tiene este tema para la vida social de Yucatán que la votación secreta de los diputados podría considerarse como una decepción e incluso, como una falta de compromiso de los legisladores.

El resultado de la votación allí está, todos tienen derecho de elegir el sentido de su decisión y sobre su conciencia quedará, pero lo que no se vale (o eso pensamos) es ocultarse como si fuera algo malo o ilegal.

Si un diputado o diputada está a favor o en contra del matrimonio igualitario está en su derecho, no importan las razones que le movieron a tomar esta decisión, pero de igual modo, tenga valor para argumentar sus convicciones de frente ante la sociedad. Así es como se defienden las ideas, con valor y entereza.

Alguien que no puede comprometerse con sus ideales y con la sociedad no puede ser un representante del pueblo. Uno no se puede acobardar por corrección política, porque los ideales son los que mueven el destino de los pueblos, da igual cuáles sean estos ideales…

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