La queja, el reflejo del resentmiento hacia uno mismo

Hoy me siento feliz y así es mi día. Estoy muy contento por compartir nuevamente un tema que te podrá ser de provecho en tu vida, así como es en la mía.

Seguramente no te gusta estar junto a una persona que constantemente se esté quejando. La razón por la que no te gusta es simplemente porque de lo que se queja o la actitud que tiene de quejarse, justamente eso, es lo que no te gusta de ti mismo. Cómo no te gusta lo que está en ti, y no quieres hacerte responsable de tus acciones y pensamientos, es más fácil “proyectarnos” en otros. Lo que es lo mismo, ver lo que está dentro de ti en los demás.

Ahora, ¿Qué es la queja? Desde la perspectiva emocional, una queja puede definirse como un resentimiento o disgusto que se tiene por la actuación o el comportamiento de alguien. Pero en sí lo que refleja es el resentimiento o disgusto hacia uno mismo. Ya con esta definición toca preguntarte ¿De qué me quejo? ¿Cómo genero mis quejas? El comienzo de toda queja, viene desde que tomas decisiones, o sea, eliges. Si no te llevas bien con tu jefe o algún compañero de trabajo, tú elegiste ese trabajo. Cuantas veces he escuchado por ejemplo: “Yo no decidí que me pusieran a esa persona de jefe”. De acuerdo, pero tú elegiste seguir ahí, elegiste aceptar las circunstancias que se te ponían en frente. Otro ejemplo podría ser: “Es que mi pareja no me entiende”. También, de acuerdo. Sin embargo, ahí sigues, estás eligiendo estar en esa relación. Eliges estar con esa persona que no te entiende. Y así puedes escucharte todo tipo de quejas, incluso quejarte de la situación actual del país, del gobierno, del futbol, etc.

Lo que no estás viendo es que estás dejando tu poder en manos de los demás. Y con Poder me refiero a la capacidad de generar nuevas posibilidades, de cambiar tu situación. Relegas tu poder a esas personas, cosas o situaciones a que te afecten tu vida. Entonces, como sientes que no tienes otras opciones, aceptas (eliges) las circunstancias. Esto desde luego no te gusta y es cuando comienzas a quejarte. Pero ese resentimiento tú te lo generaste, viene de tus propias decisiones, de nadie más.

El primer paso para eliminar la queja es reconocer que eres tú quien se puso en ese lugar o situación, y no otras personas. Al reconocerlo, comenzarás a recuperar ese poder de tomar control sobre ti mismo y poder hacer los cambios que requieres para salir de la queja. Después, puedes preguntarte qué puedes hacer para cambiar tu situación. Ahí, ábrete a todas las posibilidades, desde hablar con el jefe para aclarar lo que sientes de él, y preguntarle cómo puedes mejorar lo que él espera de ti, hasta renunciar. En el otro caso, hablar con tu pareja para hacerle saber lo que sientes y preguntar qué puedes hacer para mejorar la relación, hasta terminar la relación sentimental.

Siempre será una elección tuya, eso es lo importante. En todo momento serán elecciones. Hasta “no hacer nada” es una elección. Reflexiona todas las posibilidades, entre más puedas ver mejor, no importa si crees que son absurdas, ábrete a todo tipo de posibilidades. Al reflexionar sobre éstas, siente con que opción te sientes mejor, confía en tu intuición. La que te haga sentir fuerte, entusiasmado, seguro, confiado, responsable, valiente; ¡hazla, actúa! Mientras no actúes, siempre serás víctima de tus quejas y así vivirás. Así, de esta manera, es como podrás eliminar las quejas y cambiar las situaciones en tu vida, la decisión está en ti. 

Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!

Luis E. Roche

Coach

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