La quiropráctica, una alternativa para la prevención y el bienestar, afirma especialista

El doctor Moisés Reznik, quiropráctico certificado, señaló que el cuidado quiropráctico se basa en tres etapas: la primera consiste en atender el dolor; la segunda, en corregir los problemas detectados, y la tercera, considerada la más importante, en el mantenimiento, la prevención y el bienestar de las personas.

De acuerdo con el especialista, quienes mantienen un tratamiento quiropráctico por seis meses pueden mejorar hasta en 139 % el funcionamiento de su sistema inmune, reducir en 58 % el consumo de medicamentos y disminuir en 85 % las cirugías de columna vertebral.

“En el caso de las y los adultos mayores, la quiropráctica puede contribuir a prolongar la esperanza de vida en un promedio de 11 años y mejorar la calidad de vida”, indicó.

El doctor Reznik puntualizó que la práctica profesional exige exámenes médicos previos como estudios ortopédicos, neurológicos, radiografías y escáneres de pies y columna antes de realizar cualquier ajuste. Además, resaltó que es fundamental verificar que la o el quiropráctico cuente con cédula profesional, ya que este documento garantiza la formación y el reconocimiento oficial de la profesión.

“Actualmente, la quiropráctica está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como tratamiento indicado para padecimientos como lumbalgia, cervicalgia y ciática. Sin embargo, en México aún no está incluida en el artículo 79 de la Ley General de Salud, por lo que especialistas impulsan su incorporación para ampliar la cobertura en instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social”, explicó.

Reznik anotó que la diferencia entre la quiropráctica y la fisioterapia radica en que la primera se centra en los ajustes vertebrales para eliminar interferencias en el sistema nervioso, mientras que la fisioterapia utiliza medios externos como ultrasonido, láser o hielo para disminuir la inflamación y mejorar la movilidad.

Finalmente, destacó que entre los motivos más frecuentes por los que las y los pacientes acuden a la quiropráctica se encuentran dolores de espalda, cuello, ciática y hernias de disco. También mencionó casos relacionados con problemas de asma, alergias o gastritis, así como el interés de personas que buscan o desean mantener un estado de salud preventivo y sostenido.

Quiropráctica

Un quiropráctico es un especialista que realiza ajustes en diferentes partes del cuerpo, especialmente, la columna vertebral. Estos ajustes los realizan simplemente con las manos, aunque, últimamente, ha complementado su práctica manual con técnicas de calor y frío, rutinas de ejercicios, evaluación nutrimental o estimulación eléctrica.

En la quiropraxia, disciplina que practican los quiroprácticos, se sostiene que la columna vertebral tiene una íntima relación con el sistema nervioso, y que, al ser manipulado de la manera correcta, es capaz de mejorar la salud integral.

Además, las diversas universidades que brindan estudio sobre esta medicina alternativa, ofrecen las herramientas para que el quiropráctico pueda interpretar radiografías y estudios de laboratorio.

Cuando una persona asiste con el quiropráctico, éste debe tomar nota del historial clínico del paciente. Revisar el motivo de visita y valorar su caso. Asimismo, se deben descartar otras posibles de las afectaciones.

Después, el paciente se recostará en una camilla y el especialista empezará a presionar con diferente fuerza diferentes zonas del cuerpo. Estirará y empujará zonas que crea conveniente.

Al terminar, el paciente puede sentir dolor e incomodidad por algunos horas o días.

El número de sesiones y la duración de cada una dependerá del caso en particular.

Datos a destacar

La quiropráctica está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como tratamiento indicado para padecimientos como lumbalgia, cervicalgia y ciática.

Quienes acuden al quiropráctico por seis meses mejoran hasta en 139% el funcionamiento de su sistema inmune, reducen en 58% el consumo de medicamentos y disminuyen en 85 % las cirugías de columna vertebral.

Texto y fotos: Andrea Segura