Reforma eléctrica divide a los priístas

El PRI se encuentra en un laberinto, ya que busca, por lo menos, pulir la propuesta, pero sus aliados PAN y PRD le exigen rechazarla

La apertura del debate energético en su apartado eléctrico colocó al PRI como un actor protagónico que inauguró octubre acicateado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario urge a los priistas a tomar postura mientras que el partido más antiguo de México, en los hechos, se desmarcó de la negativa total de su aliado el PAN.

Una semana bastó para que la agenda energética motivara una crispación entre los grupos de priistas más próximos al peñanietismo y la dirigencia que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, cuyas definiciones en torno a la reforma eléctrica se perfilan para marcar el tipo de oposición que pretende ser y la relación o la permanencia de su alianza con el PAN y el PRD, con los que ha tenido tensiones, extrañamientos y suspicacias.

Apenas pasado el proceso electoral, el 8 de junio, López Obrador sembró una idea que legisladores panistas consultados suelen referir en privado: para aprobar reformas podría buscar los votos del PRI.

Y es que, con un resultado electoral que colocó a Morena, con sus aliados, Pvem y PT, a 56 votos de la mayoría calificada necesaria para una reforma constitucional, la posibilidad de un estancamiento legislativo empezó a disiparse con esa declaración, primero, y con otros episodios después que, sin embargo, no fueron tan conocidos como el que mantiene las diferencias que derivaron de la presentación de la iniciativa de reforma al sector eléctrico.

Del lado del PRI fue Moreira quien se colocó en medio de los dos extremos, llamando a realizar un parlamento abierto y motivando así el reclamo de los panistas, inclusive, con su par cameral, Jorge Romero Herrera, amagando con el rompimiento de la alianza que electoral legislativa.

Texto y foto: Agencias

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