Por: Ángel Torruco González
Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en una entrevista donde este distinguido periódico me preguntaba sobre diferentes temas relacionados con la comunicación que tenemos en estos días.
Dentro de las preguntas hablábamos sobre la responsabilidad que tienen los medios de comunicación al momento de difundir una noticia. Hoy quiero llevar a mis queridos lectores a reflexionar un poco con respecto a este tema tan importante.
Ernesto Villanueva, en su libro Deontología Periodística, nos señala el daño social que pueden causar la falta de ética y conducta inapropiada por parte de las personas que llevan la noticia hasta el interior de nuestros hogares.
Esto cobra mayor relevancia cuando analizamos la enorme responsabilidad que tienen los medios al hacer uso de las palabras, ya sea de forma oral o escrita, y utilizarlas para influir en la opinión de la sociedad en general.
Algunos consideran que lo ideal es que se maneje una estricta regulación con respecto a ellos. Sin embargo, es muy complejo regular un medio cuya razón de existencia está basada en derechos humanos tan importantes como lo son la libertad de expresión y de imprenta, que están protegidos por nuestra querida y centenaria Constitución, en sus artículos 6º y 7º.
Bien nos menciona el profesor de ética periodística de la Universidad de Cardenal Herrera, Hugo Aznar, que “los medios de comunicación no deben regirse por el gobierno o el mercado, sino que deben ser autoregulados”. Esto quiere decir, que ellos mismos deben regular su actuar conforme a principios éticos que deben ser inquebrantables.
Ante ello vale la pena recordar la existencia de algunas disposiciones como el Código Internacional de Ética Periodística de la Unesco, que en su principio III, nos dice: “la información en periodismo se entiende como bien social y no como un producto más”.
De ahí que hoy hagamos énfasis en esos valores y que recordemos que este debate realmente no es del todo nuevo. Ya surgía el interés de reflexionar sobre la responsabilidad de los medios desde 1947, como consecuencia de la llamada Teoría de la Responsabilidad Social de la Prensa, que a su vez surgió como consecuencia del Informe de la Comisión de Hutchins en la Universidad de Chicago. Vale la pena recordar aquellos 5 Pilares con los que se mencionó que debían cumplir los medios de comunicación masiva, los cuales eran:
“Hacer un relato comprensivo y real de los acontecimientos diarios, servir de foro para los comentarios y críticas, proyectar las visiones de la realidad de los grupos sociales, presentar y explicar las metas y valores de la sociedad y garantizar el acceso pleno a la información relevante del día.”
Esto nos hace recordar las palabras de Ramón Daniel Pizarro, cuando nos decía en su obra Responsabilidad Civil de los Medios de Comunicación Masiva que: “No existe una verdad periodística distinta de la verdad real”.
Preguntémonos entonces: ¿los medios en la actualidad cumplen a cabalidad con estas responsabilidades?, ¿aquellos que ejercen el periodismo son responsables de lo que expresan?, ¿existe verdadera ética en los medios que todos los días nos deben mantener informados?
Creo, sin lugar a dudas, que son miles los periodistas que realizan con gran profesionalismo su trabajo y que gracias a ellos estamos informados. Nuestra responsabilidad como sociedad será siempre velar por que así sea. Cuando veamos periodismo irresponsable, no debemos olvidar quien sostiene el control de la televisión, quien tiene el periódico en sus manos, quien puede cambiar o no una estación de radio y quien está a un click de distancia de millones de otras páginas de internet si es que la que lee le parece inapropiada. Tampoco debemos olvidar exigir que existan las condiciones para que su trabajo no sea tan riesgoso como lo es un país como el nuestro, donde cientos de periodistas han tenido que descubrir que el precio por decir la verdad algunas veces es el de pagar con su propia vida.
¡Exijamos responsabilidad en nuestros medios de comunicación, sin perder en el camino la responsabilidad que nos corresponde a nosotros mismos!
